22 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Nº 30 - JUNIO 2023 • La enseñanza que se obtiene es más adaptable a las particularidades del niño. Distribución de tiempos El tiempo en Educación Infantil tiene dos vertientes: el tiempo en relación al alumno, es decir, a la satisfacción de sus necesidades básicas y su ritmo de aprendizaje, y el tiempo en cuanto al horario escolar y la organización de rutinas a lo largo de la jornada escolar. Esta doble vertiente hace que la organización de la jornada se haga de forma flexible. El niño va adquiriendo percepción sobre el tiempo gracias a la interiorización de las actividades que se van sucediendo y que conforman las rutinas diarios, lo que supone ofrecerle puntos de referencia claros. La organización de las actividades de forma ordenada, continua y repetitiva a lo largo de las diferentes sesiones de trabajo irá contribuyendo a que el niño desarrolle la noción del tiempo tomando conciencia de ella de forma significativa a través de sus propias acciones. Para establecer una adecuada organización temporal podemos seguir los siguientes criterios: • Prever tiempos acordes con las necesidades biológicas de los niños: alimentación, descanso, aseo, control de esfínteres, actividad, juego, etc. • Prever secuencias de actividades y rutinas que suceden siempre en el mismo orden. • Flexibilidad de horarios. • Organizar la asignación de tiempos al uso de los diferentes espacios. • Previsiones relativas a la adaptación de los nuevos escolares al centro. • Respeto a la globalidad del niño. • Alternancia actividad-juego. • Tener en cuenta la edad de los alumnos, características del grupo, duración de la jornada escolar, intenciones educativas. • Es conveniente que los alumnos participen en la organización horaria mediante asambleas y conversaciones y realizando un seguimiento de las actividades desarrolladas en el tiempo, fecha, el mes, utilizando colores y pictogramas. Tipos de actividades Como ya hemos indicado, los agrupamientos dependerán del tipo de actividad que se lleve a cabo. Las actividades que se presenten al grupo han de ofrecer la posibilidad de experimentar e interaccionar con el medio, permitiendo a su vez que esas experiencias sean compartidas entre los alumnos. Podemos citar varios tipos de actividades que se pueden realizar. • Introductorias o motivadoras. La Educación Infantil debe presentar al niño los contenidos de forma significativa, por lo que es necesario acercarse a la realidad del niño y conseguir su motivación. En este tipo de actividades se encuentran las de destinadas a ambientar el aula (para cada uno de los centros de interés es necesario decorar e introducir elementos en el aula que acerquen al niño al tema a trabajar) y la lectura de cuentos (con los cuentos se puede despertar en el niño la curiosidad por los centros de interés que se van a trabajar) • Recogida de ideas previas. Es fundamental conocer el punto desde el que partimos a la hora de presentar a los alumnos los contenidos, descubrir sus intereses y motivaciones. En este sentido, la asamblea es un momento ideal para lanzar preguntas para que entre todos compartan sus conocimientos y se enriquezcan. • Experimentación. El niño aprende a través de su propia acción por lo que debemos ofrecerle oportunidad de observar, explorar y manipular. Dentro de este tipo de actividades destacan las salidas del centro. • Expresión. Es un mecanismo de comunicación de sentimientos o deseos que se puede desarrollar mediante juego simbólico y la expresión plática y artística. • Refuerzo y ampliación. Los niños representan diferentes ritmos de aprendizaje y encuentran diferentes dificultades a las que se debe atender de forma individualizada. Para ello se pueden idear actividades específicas en los rincones (lectoescritura, vocabulario y experimentación) y valerse de la rotulación, un recurso para realizar trazos y formas que permite trabajar la motricidad fina y favorecer la iniciación a la escritura. • Seguimiento y evaluación. Realizar un adecuado seguimiento es elemental para conocer aquello que los niños han aprendido. Pueden aprovecharse los momentos de asamblea o idear fichas y trabajos individuales. • Colaboración con la familia. La participación de la familia es un aspecto clave en la Educación Infantil. Pueden diseñarse talleres integrales con los que invitar a los padres y familiares a que se involucren en la vida del aula, tales como visitas para enseñar oficios, lectura y dramatización de cuentos, etc. El espacio educativo tiene infinitas posibilidades y está en manos del docente explorarlas y elegir las más adecuadas según las necesidades que desee cubrir. Los beneficios que aportan las metodologías activas en la Educación Infantil, es decir, la forma de organización del aula y la forma de mostrar contenido, influyen notablemente en el desarrollo global del niño. Los rincones de aprendizaje facilitan el aprendizaje significativo y el constructivismo ya que ponen al alumno como protagonista y aprende desde la propia experiencia contenidos re-
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