23 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Nº 29 - MARZO 2023 bo gomero queda reducida a los agricultores, ganaderos y también a algunos jóvenes que se resistían a dejar de silbar (Correa, 2021). Con la llegada de la democracia y el auge del turismo en Canarias, se infiere a los habitantes del archipiélago una inquietud por dar a conocer los valores culturales y patrimoniales de las islas. Es ahí, en esa época, donde se empieza dar solución al problema planteado en este artículo, que no es otro que la casi extinción del silbo en la isla de La Gomera, puesto que con la paulatina desaparición de la vida rural el Silbo se fue perdiendo, al igual que la costumbre de trasmitir este conocimiento de padres a hijos. Con respecto al origen del Silbo, todo parece indicar que este lenguaje procede de la sociedad gomera anterior a la conquista de las islas. Puesto que así lo registran algunas fuentes que recogen citas como la de Le Canarien, en un primer documento de la historia de Canarias que data de principios del siglo XV, o como bien refleja el historiador del sigo XVII Tomás Arias Marín de Cubas que procedía de Gran Canaria, y el cual comenta que es una práctica habitual entre los primeros habitantes de La Gomera procedente del norte de África (Correa, 2021). Lo que a día de hoy sigue constituyendo un profundo misterio es si este lenguaje heredado de generación tras generación, se originó en el nuevo hábitat como adaptación al mismo, o por el contrario viajó ya con primeros pobladores de las islas desde el continente africano. El silbo gomero es un lenguaje silbado que data desde tiempos remotos y nacido originalmente para salvar las grandes distancias y evitar cubrirlas a pie. Constituye un lenguaje único en el mundo, como así lo acredita su incorporación en la lista de Patrimonios Culturales Inmateriales de la Humanidad, siendo utilizado por los isleños durante siglos para comunicarse a larga distancia entre un punto de la isla y otro; muy útil cuando se trata de superar los grandes valles y barrancos que forman la isla. Lo que lo hace único e incuestionable para el interés científico es la perspectiva tanto antropológica como lingüística que posee el silbo gomero en sí, quedando fundamentada la doble vertiente teórica de comunicación y estudios etnográficos. Puesto que se trata de un lenguaje articulado que permite intercambiar una gama ilimitada de mensajes al reproducir mediante silbidos las características sonoras de una lengua hablada se trata, en sus aspectos esenciales, de un código constituido por seis silbidos característicos que van desde un silbido vocálico agudo, un silbido vocálico grave, un silbido consonántico grave oclusivo, un silbido consonántico grave fricativo, un silbido consonántico oclusivo hasta un silbido consonántico agudo fricativo (Correa, 2021). Este lenguaje reductor y no convencional, puede reproducir el castellano hablado, aunque no se limita solamente al castellano, puesto que puede reproducir otra lengua cualquiera. No se trata de una serie de códigos preestablecidos que sirven para expresar contenidos limitados, ya que se producen soplando contra los labios fruncidos o contra un dedo o dos introducidos en la boca de forma adecuada. Se usan para silbar todos y cada uno de los sonidos de cualquier lengua hablada, en donde estos seis particulares sonidos silbados formado por dos vocales y cuatro consonantes pueden representar, con una mayor o menor dificultad según los casos, los sonidos de cualquier lengua natural. La recuperación de la tradición y la enseñanza del lenguaje silbado Según cuenta el coordinador insular y regional de la asignatura de silbo gomero, D. Francisco Correa Magdalena, todo comienza a finales de la década de los 80 y principios de los 90, cuando un médico que fue presidente del Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) y recientemente llegado a la isla para ejercer su trabajo, se interesa en el silbo gomero y en cómo los pobladores de la isla le trasladan que se está perdiendo. Este doctor, padre de dos hijos, lanza una propuesta a través del AMPA, consiguiendo que dicha asociación comience a impulsar la impartición de clases de silbo en las escuelas como actividad extraescolar, tanto para docentes como para alumnos. Viendo que la propuesta del AMPA tuvo buena acogida, algunos parlamentarios de la isla de La Gomera, entre los que hay que destacar a D. Pedro Medina Calero, proponen introducir el silbo gomero en las escuelas como asignatura, con una Proposición No de Ley, que es aprobada por unanimidad el 26 de julio de 1997. En ella, se insta al Gobierno de la Comu- (abuelo del autor)
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