RDD-N29-Marzo-2023

17 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Nº 29 - MARZO 2023 En las primeras escuelas Reggio Emilia, fundadas en el pasado siglo, se otorgaba un profundo respeto hacia el nino, a sus intereses, y hacia sus momentos madurativos, así como a sus de aprender. El nino es entendido como el protagonista fundamental del aprendizaje, con un interes innato por aprender, pues desde sus primeros dias demuestra que quiere ser parte del mundo utilizando todas sus capacidades para socializar e integrarse. Ademas, desde Reggio Emilia se esfuerzan por resaltar su curiosidad, creyendoles poseedores de una marcada inclinacion por las cosas bellas. El inmenso respeto por el nino que sentian en estas escuelas, se encuentra desarrollado y reforzado en la obra de Zavalloni (2011): ‘La pedagogia del caracol: por una escuela lenta y no violenta’, de la cual destaca la importancia de respetar el ritmo lento de la infancia, la emocion del encuentro en la observacion el tiempo adecuado que necesita el nino para conectar con el aprendizaje. Por todo ello, se hace necesariamente evidente adoptar el metodo mas primitivo del infante: el juego libre. Los niños del siglo XXI tienen el asombro y el deseo bloqueado, pues la incesante exposicion de estimulos que los adultos ofrecen a los niños, solamente los llevan a buscar sensaciones cada vez mas fuertes, y a esto tambien se acostumbran, abocandoles ademas a una falta de deseo y a una situacion de apatia y aburrimiento (L’ecuyer,2013). ¿Podria explicar esta teoria el aumento de casos en TDAH de los ultimos anos? Como se ha comentado anteriormente, la ciencia todavia no es capaz de ser contundente con esta pregunta, lo que si se sabe es que los ninos necesitan reflexionar, observar con calma a su alrededor, comparar, cuestionarse la realidad y estar motivados por aprender. En definitiva, como bien afirma L’ecuyer, los ninos necesitan mas silencio, menos pantallas y mas juego libre. El ambiente preparado y su influencia en el asombro El ambiente preparado es sin duda el protagonista en las escuelas de los autores mencionados anteriormente. Reggio Emilia y Montessori han sido los grandes impulsores y desarrolladores de convertir los espacios que rodean a los ninos en experiencias a su alcance. Asi lo afirma Lillard (2005) al definir cómo debería ser una clase: ‘’un aula de infantil es como un laboratorio universitario en miniatura’’. Los espacios deben estar repletos de materiales naturales o preparados, propios de la vida o creados con un fin concreto, dispuestos a la altura del niño y siempre disponibles, a traves de los cuales éste construira poco a poco su aprendizaje (Fundación AMI, 2005). Segun Piaget (1992) el aprender humano es considerado una prolongacion de la condicion biologica en la cual se construye la representacion de la realidad mediante la asimilacion que otorga significado a lo real, a partir de sus experiencias previas, y la acomodacion con la cual de alguna manera verifica, con el medio, esta asimilacion. Estos planteamientos piagetianos nos recuerdan a la metafora del cerebro triuno de MacLean (1978), desde la cual se podria afirmar que los ninos no necesitan aprender cuantos lados tiene un cuadrado, ni que éstos han de ser exactamente iguales, sino que bastaría con que descubrieran esta figura por ellos mismos, experimentando con los objetos cuadrados de su entorno, o con los que el profesor disponga preparados a su alcance. Y necesitan, ademas, conectar este nuevo aprendizaje con otro anterior para, de esta forma, poder así encontrar significado y que puedan surgir nuevas preguntas con las que dar lugar a nuevas cuestiones y a seguir investigando. Esta visión, en la que es preciso otorgarle tiempo al niño, es incompatible con los actuales formatos de cincuenta minutos de clase, los cuales, según Mora (2017), deben desaparecer. Mora hace alusion a los nuevos descubrimientos de la neurociencia y recuerda que a pesar de lo que ya se conoce respecto al desarrollo neuronal del nino, cambiar de manera radical la educacion en nuestro siglo seria casi imposible, puesto que hay flashes de luz en cuanto a ‘que se debe aprender en cada momento. No obstante, afirma que lo que si debe hacer un docente es arrojar luz y asombro en su aula, aplicando elementos disruptores cada 15 minutos que vuelvan a despertar la curiosidad y el interes. En estas mismas lineas se hace necesario preguntarse: ¿Son las aulas espacios que propician el desarrollo integral y fomentan un aprendizaje vivencial y organico? ¿Es posible un desarrollo integral del nino en un aula de infantil donde se pasa sentado en una silla sin libertad de movimiento, destruyendo su asombro y creatividad? Libertad y juego para el desarrollo El matrimonio Wild (2010) observo, en el centro experimental Pestalozzi de Ecuador, los beneficios del juego en libertad como estrategia pensada para el desarrollo, desde el cuerpo y las experiencias fisicas, hasta el cerebro. Por supuesto, Wild defendio un metodo vivencial y activo en las aulas, pues para ellos, la tarea principal de la educacion no era averiguar cómo embutir en un nino contenidos con la mayor rapidez y evitando el mayor sufrimiento posible, sino que lo que realmente importa es la forma en que los ninos seran capaces de adaptarse a un mundo cada vez mas cambiante, de tal forma que ese ser en si mismo, no se encuentre debilitado por el sistema educativo que ha experimentado durante toda su vida, sino reforzado para afrontar las circunstancias, sean cuales sean. Una jornada en el centro de Wild se desarrollaba de lo mas natural. El jardin se encuentra establecido por un ambiente preparado, donde cada manana los ninos deben tomar la de-

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