RDD-N28-Dicembre-2022

40 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Nº 28 - DICIEMBRE 2022 comprender cómo son culturalmente para conocer sus intenciones y la mejor forma de tratar con ellos, así como para saber equilibrar la balanza a la hora de negociar y evitar cualquier tipo de malentendidos. En conclusión, España aún no está al corriente, de forma generalizada, de los nuevos vientos, y ello puede significar un estancamiento sociocultural más notable que el presente, aunque como se puede comprobar, va realizando pasos tímidos hacia las metas más generales expuestas en la propuesta educativa mencionada. Sin embargo, ese desinterés por la cultura y el idioma chinos no son síntomas de racismo, ni de desprestigio, sino de desconocimiento hacia ella y la complejidad del idioma, y la falta de interés por parte de la administración pública española de facilitar la democratización de la cultura y del acceso a ella, bastante notable en este caso en particular, así como al cierto grado de hermetismo desarrollado por parte de la sociedad china radicada en España, e incluso puede ser por el intento de otras potencias extranjeras de mantener su influencia en nuestra sociedad a través del idioma. No obstante, algo que hay que aprender del pensamiento chino, es el hecho de pensar a largo plazo, y si la administración educativa reconociera públicamente la utilidad actual del aprendizaje del idioma chino, se estarían formando desde ya varias generaciones con un gran futuro laboral, y que por lo menos podrían retener un gran número de puestos de trabajo tanto en el ámbito nacional como el internacional, evitando así que los extranjeros monopolicen los ámbitos laborales de traducción y relaciones internacionales con empresas chinas. No se pretende una subyugación de España respecto a China, sino una potenciación de nuestro país como una potencia educativa adaptada a los nuevos tiempos, sin necesidad de sacrificar la influencia anglosajona y francesa que tantos beneficios nos reporta. El único propósito es convertir a España en un país plurilingüe de forma efectiva tal y como ocurre en Suiza, Finlandia y Bélgica (Otero, 2010). No obstante, huelga decir que a pesar de la democratización educativa, el nivel de inglés de la juventud española sigue siendo bastante pobre en relación a países de nuestro entorno, como los países nórdicos, Holanda y Luxemburgo, según datos intercalados entre Eurostat y Education First (Zafra, 2019). Por último, España como un país lamentablemente de tercer orden en los asuntos internacionales, debe apostar por una acción de futuro basada en la educación ya que no puede vivir eternamente del turismo, el cual representaba en 2018 un 12’3 % del PIB (Instituto Nacional de Estadística, 2019), en cuanto se vea desplazada por otras potencias turísticas, como por ejemplo China; y se puede convertir en el punto de encuentro entre el mundo anglófilo y el oriental, ya que siguiendo en la línea darwinista, no sobrevive el más fuerte, sino el que mejor se adapta a las circunstancias de cada momento. Y es por ello que, una pequeña inversión en la actualidad, puede conllevar grandes beneficios al país en el futuro, tal y como hacen los países escandinavos (Datosmacro.com, 2018). Es posible que alguien se muestre reticente en un primer momento a un cambio tan radical, pero del mismo modo que el inglés se ha convertido en obligatorio sin respetar el libre albedrío de la ciudadanía, aunque sea por pretextos teóricamente nobles, desplazando al francés, lengua de cultura y lingua franca de la primera mitad del siglo XX, el chino debería implantarse gradualmente aunque de cierta forma acelerada, ofrecido primeramente como una lengua optativa en todos los niveles educativos, y luego como obligatoria, dependiendo del avance de la R. P. C. en el panorama sociopolítico mundial. El hecho de hablar el idioma chino, puede significar la diferencia entre tratar con los chinos en condición de iguales o no. Como dijo Francis Bacon, o por lo menos a él se le atribuye esta máxima: la información es poder. Y si dependemos de un traductor chino, que es lo que ocurre en la mayoría de las ocasiones, este a su vez interpretará a los nativos, y sabrá sacar más provecho para sus compatriotas que el aceptable en un punto intermedio.

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