31 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Nº 28 - DICIEMBRE 2022 Todos los docentes, incluidos los especialistas, deben envolverse de una formación inclusiva de calidad, necesitando agentes interesados en los distintos ámbitos. Es el caso del maestro de audición y lenguaje que, mientras sigue con una continua preparación a los retos que hoy en día se nos plantean en las aulas, pueda bajo su experiencia y espacio poder dar a conocer al resto de la comunidad educativa su papel dentro de la sociedad, de la educación y del escenario de posibles alteraciones en el lenguaje, siendo abordadas por muchos profesionales que trabajan en un sólido equipo donde incluimos este docente que en tantas ocasiones pasa desapercibido y tan relevante es para el progreso pleno y funcional del alumnado. A continuación, mostramos un gráfico circular donde el especialista se encuentra en el centro de su intervención, pero se abren entorno a su labor distintas personas y colectivos que necesita para hacer realidad su acción pedagógica, así como los demás se alimentan de sus observaciones y actuaciones escolares. Es por ello que un alumno con un trastorno del habla por ejemplo va a recibir una respuesta basada en tres grandes pilares: • El ámbito educativo • El espacio sociofamiliar • La intervención clínica Este maestro especialista debe contar con personal que muchas veces no se puede encontrar en el propio centro docente, haciendo referencia a expertos médicos que lleven a cabo una evaluación y diagnóstico claro, que trabajen desde la posición clínica como los logopedas o incluso tener presente a neuropediatras o fisioterapeutas, rodearse de facilitadores para entender y abordar cada trastorno, problema o alteración del campo del lenguaje. En la actualidad estamos viviendo una reforma educativa y universitaria imprescindible para llevar a cabo aportaciones que permitan delimitar y reforzar la atención a la diversidad desde la formación inicial de los docentes y especialistas (Luque de la Rosa, 2012). La neurociencia en la comunicación de los niños Un aspecto que el docente de audición y lenguaje debe tener muy presente en su intervención y enriquecerse de ello hoy en día en la escuela es la neurociencia. Esta disciplina protege la noción de que el cerebro de las personas es único, entendido según el principio de la plasticidad cerebral que mediante la educación y el trabajo diario da la respuesta necesaria al alumno, velando desde esta especialidad por la actuación personalizada en el campo educativo. Las soluciones no se pueden abordar exclusivamente desde un método o una visión, los problemas educativos no van a ser resueltos solo por la pedagogía, ni el maestro únicamente con la didáctica, ni el logopeda desde su procedimiento va a poder partir en solitario del plan de intervención diseñado. El mayor reto al que nos enfrentamos los docentes es traducir el lenguaje científico en pedagógico, de manera que nos resulte tangible, comprensible y práctico para el desempeño de nuestra labor (Gómez, 2019). Se deben generar en las distintas disciplinas involucradas en el proceso de la enseñanza y del aprendizaje, diferentes espacios para tratar y dar respuesta a estos principios. La neurociencia a partir de la psicología cognitiva, tiende un puente con la educación y el campo de la comunicación y el desarrollo lingüístico para proporcionar modelos de enseñanza útiles para la intervención del maestro de audición y lenguaje, generando un paisaje de aprendizaje en el que una vez se conoce la estructura cognitiva de la persona y se entienden las diferentes maneras de procesar la información, el especialista ofrece un abanico multidisciplinar para elaborar dinámicas, juegos y actividades que mediante los intereses del niño se puedan establecer pautas que respondan a sus necesidades sociocomunicativas. Estos modelos inclusivos de la atención a la diversidad facilitan la labor del especialista que debe partir del funcionamiento y estructura del cerebro del infante. Los profesionales del ámbito de la neuropsicología deben transmitir a los maestros ciertos comportamientos y conductas vinculados a esta ciencia, que no se encuentran dentro del currículo escolar pero que permiten entender el porqué de cierta sintomatología y déficits en su lenguaje. Ambos trabajan sobre el mismo componente que es el cerebro del niño en pleno desarrollo, por ello requiere una formación de base y una colaboración multidisciplinar en beneficio del alumno. La importancia de contar con equipos multidisciplinares La coordinación entre expertos de campos en principio muy diversos, pero con un gran punto en común (el infante) dando lugar a equipos pluridisciplinares que gracias a su actuación conjunta favorecen el proceso escolar del niño. Se necesitan vías de comunicación clara y directa para facilitar esta realidad que todavía requiere de un gran trabajo por parte de los centros docentes como por ejemplo ampliar los recursos y los espacios para dar lugar a encuentros con los profesionales de servicios sanitarios y sociales, contando siempre con el apoyo de los familiares del alumno. Es relevante involucrarse y reunirse con los especialistas para seguir las mismas pautas y orientaciones porque de manera contraria podemos provocar en el niño un desorden o confusión en la manera de actuar. Si todos navegamos en la misma dirección, el primer beneficiario será nuestro escolar por el cual trabajamos y unimos esfuerzos, pero también nos enriqueceremos cada uno de los expertos implicados en un mismo proyecto. Los docentes nos podemos preguntar cómo afecta a la intervención de nuestro alumno cuando acude a un aula específica en lugar de hacer una actuación inclusiva dentro del aula ordinaria, ofreciendo una perspectiva donde el aula debe ser abierta, versátil, acogiendo a profesionales que entran y salen con normalidad porque los niños necesitan una visión holística y variada de sus necesidades. Los equipos multidisciplinares consienten ese enfoque
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