24 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Nº 28 - DICIEMBRE 2022 lectura no se vea como un acto aislado del resto de la sociedad, ya que resulta interesante que otros miembros de comunidad educativa puedan leer las mismas obras y aportar sus puntos de vista en torno a una misma realidad. De este modo, el alumnado parte de la motivación añadida al contar con la implicación de sus familias en estas dinámicas. En ese encuentro entre los familiares y el equipo docente se fortalece la relación en el conjunto de la comunidad educativa, al compartir opiniones, ideas y proyectos en favor del enriquecimiento cultural del alumnado. Por tanto, el tiempo destinado al uso de este espacio del centro educativo también puede ser propicio para desarrollar en el alumnado la creatividad. En la mayor parte de las ocasiones en que se hace referencia a una biblioteca, surge la figura del alumno como lector movido únicamente por el hecho de sumergirse en el contenido que se le presenta en las obras de escritas en papel o algún dispositivo electrónico. Además, ligado a ese proceso lector también puede fomentarse el desarrollo de la expresión escrita, no solamente por medio de los recursos más tradicionales, sino aplicando nuevas tecnologías al alcance de cualquier estudiante. En lo referente a los niveles de competencia lectora, Jiménez (2014) dedica uno de ellos especialmente a la capacidad presentada para aquellos lectores que llegan más allá de la comprensión de un texto y deciden convertirse en autores de sus propias obras. Leyendo en comunidad En el contexto del intercambio de ideas entre el alumnado también cabe destacar la planificación en la biblioteca de una tertulia dialógica literaria. Por medio de estas dinámicas se pretende que el estudiantado tenga un contacto directo con las obras consideradas como clásicos de la literatura universal. La tertulia dialógica es el proceso intersubjetivo de leer y comprender un texto sobre el que las personas profundizan en sus interpretaciones, reflexionan críticamente sobre el mismo y el contexto, e intensifican su comprensión lectora a través de la interacción con otros agentes, abriendo así posibilidades de transformación como persona lectora y como persona en el mundo (Valls, Soler y Flecha, 2008). A lo largo de una sesión dedicada a esta actividad, el docente puede actuar como moderador de la misma, disponiendo previamente al alumnado en asamblea y controlando los turnos de palabra para que puedan expresar sus ideas extraídas a partir de la lectura de fragmentos de una obra. Por medio de la implementación de esta tertulia se fomenta el desarrollo de una competencia literaria, al mismo tiempo que cada estudiante aprende a respetar las opiniones del resto de compañeros y expone sus Figura 1. Principios del aprendizaje dialógico Figura 2. Elementos de la tertulia dialógica
RkJQdWJsaXNoZXIy MTY1NTA=