RDD-N28-Dicembre-2022

18 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Nº 28 - DICIEMBRE 2022 y exclusión social de los adolescentes LGTBI en los centros escolares. Este tipo de acoso escolar es lo que se conoce como bullying homofóbico. Para una mejor comprensión de este fenómeno, comenzaremos definiendo el término bullying, que es un concepto que se refiere a toda forma de maltrato físico, verbal o psicológico que se produce entre escolares, de forma reiterada y a lo largo del tiempo (UNESCO, 2015). Se trata de conductas que tienen que ver con la intimidación, la tiranización, el aislamiento, la amenaza, los insultos, sobre una víctima o víctimas señaladas que ocupan ese papel (Avilés, 2003). En la Figura 1 se muestran las principales características del bullying. Como hemos dicho, este fenómeno de maltrato se encuentra vinculado en muchas ocasiones a la orientación sexual y la identidad de género, en cuyo caso se habla de bullying homofóbico. El término homofóbico puede llevar a equívoco, pues parece englobar únicamente a personas homosexuales. En este sentido, resulta muy aclaratoria la definición del concepto que ofrecen Platero y Gómez (2007): Con los términos “acoso escolar homofóbico” o “bullying homofóbico” nos referimos a aquellos comportamientos violentos por los que un alumno o alumna se expone y/o queda expuesto repetidamente a la exclusión, aislamiento, amenaza, insultos y agresiones por parte de sus iguales, una o varias personas que están en su entorno más próximo, en una relación desigual de poder, donde los agresores o “bullies” se sirven de la homofobia, el sexismo y los valores asociados al heterosexismo. La víctima será descalificada y deshumanizada y, en general, no podrá salir por sí sola de esta situación, en la que se incluye tanto a jóvenes gays, lesbianas, transexuales, bisexuales, pero también a cualquier persona que sea percibida o representada fuera de los patrones de género más normativos. En la sociedad actual, el uso masivo de las nuevas tecnologías unido a la corta edad de acceso a los dispositivos tecnológicos, ha hecho posible la aparición de un nuevo fenómeno, el ciberbullying, siendo la homofobia una de las principales causas de ciberacoso. En este caso se habla de ciberbullying homofóbico y, el anonimato que proporciona la red a los acosadores, así como la posibilidad de acceso permanente a las tecnologías, ocasiona que las víctimas estén expuestas al acoso las veinticuatro horas del día (COGAM, 2016). Además, el número de testigos o espectadores aumenta con respecto al acoso escolar tradicional. Los actores del bullying En una situación de bullying se distinguen tres tipos de actores que participan en ella, ya sea de forma directa o indirecta: acosador, víctima y observadores (Olweus, 2006). Cada uno de ellos presenta unas características propias que permiten establecer perfiles diferenciados: Perfil de la víctima La víctima es aquella persona que sufre el acoso escolar o bullying. Diversos autores manifiestan que no existe un perfil único que permita definir a estas personas, pero coinciden en que existen una serie de rasgos habituales en ellas. Abril (2010), destaca algunos indicadores comunes a las víctimas de acoso escolar: son personas inseguras, con baja autoestima; suelen estar aisladas del resto de compañeros y prefieren relacionarse con adultos; no hacen frente a las agresiones que reciben debido a la falta de habilidades sociales y, en muchas ocasiones, se culpabilizan de la situación de acoso. Este tipo de personas reciben el nombre de víctimas clásicas o pasivas (Olweus, 2006; Nicolás, 2011). Sin embargo, autores como Nicolás (2011), Avilés (2003) y Olweus (2006) también proponen la existencia de un tipo de víctima denominada activa o provocadora, que se comporta de forma irritante e incluso agresiva y retadora ante el resto de compañeros, aspecto que es utilizado por los agresores para “justificar” el acoso. Figura 1. Características del bullying

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