RDD-N25-Marzo-2022
26 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Nº 25 - MARZO 2022 activo durante la realización de una tarea y de la misma forma a lo largo del proceso de enseñanza-aprendi- zaje. Pero, si bien es cierto para la gran mayoría de docentes el cerebro no es un componente principal a tener en cuenta dentro de sus me- todologías. Del mismo modo, para poder proyectar en el aula los cono- cimientos sobre la neuroeducación, los docentes deberemos de tomar conciencia de que el cerebro nos hace ser quienes somos y que este se puede educar. En efecto, dependerá del maestro que el alumno entienda y compren- da lo que hace, ya que es funda- mental que estos dos se den para activar el mayor número de áreas cerebrales. Esta activación neuronal se estimula a partir de determinados recursos didácticos, pues mucho más importante que el contenido en sí, nos debe de importar qué necesi- ta el alumno para aprender. De todo lo anterior surge el concepto de neuroeducador 1 y podemos de- finirlo como el maestro que lleva a las aulas la neurociencia . Del mis- mo modo, recalcamos que en el ám- bito educativo el desarrollo cognitivo cobra importancia, ya que el alumno permanecerá en el centro educativo a lo largo de su crecimiento. Dentro de este marco, las experiencias vividas significativas que recopile el apren- diz favorecerán al potencial cerebral. Cabe comentar, que un neuroedu- cador competente, experimentado y sabedor de toda esta información, podrá sacar provecho al proceso de enseñanza aprendizaje de sus alum- nos (Campos, 2010). Así pues, el neuroeducador deberá saber que por instinto innato huma- no todos queremos aprender, pues- to que el cerebro buscará respuestas a posibles preguntas de su entorno. Por el contrario, en distintas ocasio- nes hemos escuchado que hay ni- ños que “no quieren aprender”, esto resulta contradictorio. De acuerdo con Fernández (2010), la enseñan- za debe de saber escuchar y diaria- mente realizar una escucha activa, cuestionándonos así ¿Por qué los niños dicen lo que dicen? A través de esta escucha encontraremos otra forma de abrir horizontes y nuevos niveles de conocimiento para el avance educativo, ya que podemos considerar que un buen alumno no es al que desarrollamos, sino el que nos desarrolla a nosotros también. Otro aspecto importante dentro de la educación es la inclusión, pues esta persigue la apreciación de las diferentes culturas, características y esencia de cada estudiante. La inclusión provoca que los alumnos puedan observar desde una visión diferente, menos restringida y am- pliando su concepto de normalidad. Por lo tanto, el neuroeducador bus- cará crear un clima en su aula donde se favorezca la evolución de cada alumno, fomentando así un aprendi- zaje integrador e inclusivo. Como bien ya sabemos, todo apren- dizaje provoca en nosotros una emo- ción, esto lo denomina Mora (2017) como binomio indisoluble, pues sin emoción no hay aprendizaje . Por lo tanto, dentro de la enseñanza de las matemáticas, la dimensión afectiva ocupa un gran peso en el proceso de enseñanza-aprendizaje así lo compro- baremos en los siguientes apartados. Optimizar la actividad cerebral Un cerebro que está encendido es un cerebro que permanece co- nectado. Un maestro debe de tener en cuenta determinados aspectos que pueden favorecer a las cone- xiones del cerebro optimizando la actividad cerebral y llevándolo a un mayor desarrollo. Del mismo modo, las emociones serán claves para el proceso de enseñanza-aprendizaje, la toma de decisiones y la actitud o disposi- ción de querer aprender (Campos, 2010). En este sentido, las correc- ciones que hagamos a nuestros alumnos serán cruciales para in- ducirles a una mayor implicación o a un desinterés , ya que a partir de la reflexión podemos hacer que el alumno sea consciente de su fallo o acierto. En segundo lugar, las investigacio- nes neurocientíficas que se han lle- vado a cabo exponen y contrastan las conexiones que existen entre las emociones y los procesos cognitivos y esto afecta de forma directa en la educación. De esta forma, las emo- ciones ganan gran peso en la adqui- sición del conocimiento, puesto que dentro del denominado aprendizaje emocional, fusionamos un estímulo con una emoción, surgiendo así el aprendizaje. (Rodríguez, Elizondo y Rodríguez, 2018) Por consiguiente, los maestros debemos de eliminar cualquier conceptualismo que produzca me- canización a la hora de adquirir un aprendizaje. De esta forma, podre- mos suprimir pensamientos frus- trados, como: “no valgo para las matemáticas”, “no me hables de las matemáticas, ya me han dicho que no son lo mío”. En último lugar, será esencial crear un clima favorable en el aula, ya que como bien sabemos, el cerebro per- manece constantemente bajo influen- cias ambientales y debe de encon- trarse en un estado de confort para llegar de forma favorable al aprendi- zaje, donde no halle ningún peligro ni amenaza (Fernández, 2010) La importancia de las emociones en el aprendizaje de las matemáticas Desde tiempos inmemorables las matemáticas han causado frus- tración y han sido percibidas por el alumno como aburridas y difíciles, en muchos casos se entiende que se necesita cierta capacidad “especial” para aprenderlas. Esto desarrolla 1 El neuroeducador toma como referencia el cerebro del alumno para programar, teniendo en cuenta que cada cerebro es diferente, puesto que cada persona es única
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