RDD-N21-Marzo-2021
43 ISSNe 2445-365X | Depósito Legal AB 199-2016 Nº 21 - MARZO 2021 alumno tiene un sólido basamento neurocientífico, pues compartir inte- reses comunes da lugar a un estado emocional de interacción, de empatía, donde el profesor se convierte en un modelo a imitar por el alumno e, indi- rectamente, conocer lo que el profesor conoce se convierte en un objetivo, un motivo, una motivación. (Nicholls, 1978; Santos-Rosa et al. 1988-2000; y Santos-Rosa et al. 2010). En ese momento el flujo de informa- ción se encuentra facilitado y se pro- duce de manera muy efectiva. Pero, ¿qué está sucediendo? ¿Qué quiere decir que se encuentra facilitado? Pues bien, lo que sucede es que las neuronas espejo, descubiertas por casualidad por los italianos Giaco- mo Rizzolatti y Leonardo Fogassi (Rizzolatti, Fogassi, et al. 2001 y 2003) y que son destacadamente funcionales en los niños y jóvenes, los cuales son como esponjas, se activan en ese marco de empatía, simpatía y sincroinicidad. La princi- pal función de estas neuronas espe- ciales (si es que no se pueden con- siderar especiales todas y cada una de las neuronas), como su propio nombre indica, es la de producir imi- taciones de la realidad, bien ejecutar movimientos o repetir expresiones, frases, o palabras. Se activan por ejemplo, incluso en personas no tan jóvenes, cuando se viaja a un país extranjero y se comienza a aprender un nuevo idioma. Las neuronas espejo son unas célu- las nerviosas de la corteza premotora ventral del lóbulo frontal y de la corteza parietal frontal que se activan cuando un mono realiza un acto motor (por ejemplo, un movimiento del brazo para agarrar un trozo de fruta), y también, y esto es lo sorprendente, cuando el animal observa el mismo movimiento o un movimiento similar realizado por el experimentador o por otro mono. Como este grupo de células parece re- flejar directamente los actos motores realizados por individuos en el cerebro del observador, fueron denominadas neuronas espejo (Rubia-Vila, F.J. 2011; García- García, E. 2008). En esta línea existen trabajos que indican la relación entre diferentes aspectos del desarrollo cognitivo, tales como el aprendizaje por imita- ción, la adquisición del lenguaje y la comunicación social con el funcio- namiento del sistema formado por las neuronas espejo y el papel que cumplen dichas neuronas especu- lares o espejo en la comunicación y la integración visuo-aditorio-motora (Le Bel et al. 2009), que demues- tran la representación de acciones en las neuronas espejo, que dispa- ran potenciales de acción, es decir, se activan, cuando oyen un sonido que está relacionado con la acción (Rizzolatti et al. 2002). Por lo que se deduce que las neuronas espejo participan, al menos, en el recono- cimiento de sonidos que han apren- dido y entienden como relacionados con acciones determinadas, tenien- do relación, por tanto, con el condi- cionamiento clásico de Iván Pavlov (1849-1936). Otros estudios, relacionan la percep- ción del habla y el reflejo producido en las neuronas espejo (Holt, et al. 2009), con las funciones cognitivas superiores (sociales), proponiéndo- las como el núcleo central del apren- dizaje de dichas funciones, tales como la empatía, la lectura mental (de la otra persona) y el aprendiza- je social (Bastiaansen et al. 2009), la manipulación de la empatía con su influencia sobre las emociones generadas al escuchar música (Miu et al, 2012), la música, como úni- co medio capaz de desencadenar recuerdos, despertar emociones e intensificar nuestras experiencias sociales, y el mencionado sistema espejo como mediador entre estas emociones recreadas y la músi- ca (Molnar-Szakacs et al. 2006), pudiendo mediar incluso, como proponen algunos autores, en el tratamiento del autismo, al facilitar el reconocimiento de emociones ge- neradas directamente por la música o indirectamente a través de ésta (Molnar-Szakacs, 2009). En definitiva, el efecto Pigmalión demuestra que la inteligencia es una capacidad, tal y como propu- so Howard Gardner, y por tanto se puede desarrollar. Esto cada vez se hace aún más evidente en el mundo globalizado y cada vez más interco- nectado en el que vivimos. Además, esta inteligencia tiene mu- cho que ver con las capacidades afectivas y lo que se ha denominado inteligencia emocional, que consis- te en percibir y reconocer de forma consciente nuestras emociones, comprender e integrar lo que senti- mos dentro de nuestro pensamiento y, por último, calibrar, dirigir y ma- nejar las emociones, tanto positivas como negativas de forma eficaz. En cualquier caso, en cuanto a lo re- lacionado con el aprendizaje, cuan- do se habla en las más modernas aplicaciones de las teorías actuales sobre la inteligencia y la educación, sobre enseñar o aprender con el ce-
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