Magia en el aula

RESUMEN: Desde este trabajo se van a intentar exponer las ventajas que ofrece el ilusionismo, dentro de la práctica mágica, como herramienta pedagógica. Con este fin, se ha realizado un análisis teórico de la aportación del uso de esta metodología en cada uno de los pasos del proceso de enseñanza-aprendizaje. Por consiguiente, se pretenderá comprobar si esta forma de innovación puede traer mejoras en los resultados académicos de los alumnos.

 

PALABRAS CLAVE: Magia; Alternativas pedagógicas; Proceso de enseñanza-aprendizaje; Aprendizaje significativo; Innovación educativa.

 

ABSTRACT: This paper will attempt to present the advantages that magic, specifically the practice of illusionism, offers as a pedagogical tool. To this end, a theoretical analysis has been carried out on the contribution of this methodology to each step of the teaching-learning process. Consequently, we aim to verify whether this form of innovation can bring improvements in students’ academic results.

 

KEYWORDS: Magic; Teaching-Learning Process; Educational Alternatives; Meaningful Learning; Educational Innovation.

MAGIA EN EL AULA

Hoy en día, existe una búsqueda constante de recursos y estrategias que puedan ayudar a mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje ya que uno de los principales objetivos de cualquier docente es que sus alumnos logren un aprendizaje significativo. Es importante tener en cuenta que los niños viven inmersos en un mundo rodeado de estímulos, por lo que tal vez no sea una buena idea hacerles memorizar un libro, sino que se les debe ofrecer otros estímulos con los que se logre activar su curiosidad, motivación y atención, pues esos son los primeros pasos necesarios para lograr buenos resultados.

Es fácil constatar el desinterés que existe en las aulas ante los materiales y recursos de siempre, por lo que desde aquí proponemos la utilización de la magia como estímulo que motive el aprendizaje.

La magia es un arte escénico que ha ido evolucionando durante siglos, hasta lo que hoy se conoce como ilusionismo. El ilusionismo posibilita la percepción de una realidad improbable. Camí, Gomez-Marin y Martínez (2020) establecieron que las técnicas mágicas apelan a un conjunto de siete fenómenos cognitivos fundamentales, desde la atención y la percepción, hasta la memoria y la toma de decisiones y una etapa pre-sensorial. Por tanto, las bases cognitivas de la magia están estrechamente relacionadas con las que se ponen en práctica en el proceso de aprendizaje. Así pues, es fundamental estudiar la relación entre la magia y la psicología de la educación.

Esta fusión de magia y educación ya ha sido investigada previamente y todas las investigaciones muestran resultados positivos, principalmente en lo que respecta a la motivación, la autoestima y bienestar.

Esta investigación se centrará específicamente en exponer teóricamente cómo la magia puede ayudar en el proceso hacia el logro de un aprendizaje significativo. Esta metodología se denomina Magia Educativa. Ruiz (2013) la define como una herramienta que consiste en aplicar trucos de magia con fines educativos. Puede tener muchas funciones que serán discutidas en este artículo: despertar la curiosidad, motivar a los estudiantes, llamar la atención, mejorar la comprensión y retención de ciertos contenidos, conseguir que los contenidos aprendidos se almacenen en la memoria a largo plazo… En definitiva, esta metodología parece brindar muchas oportunidades para conseguir una mejora en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

La influencia de la magia en el proceso de enseñanza-aprendizaje

Para comprender cómo la magia puede ayudar en el proceso de enseñanza-aprendizaje, se ha elaborado un diagrama que expone los pasos necesarios para lograr un aprendizaje significativo. Ese esquema está basado en ideas proporcionadas por otras investigaciones, específicamente las planteadas por Azcoaga (2010), quien estableció que en el sistema nervioso central tienen lugar una serie de actividades neurofisiológicas que se consideran los procesos básicos del aprendizaje: motivación, atención, percepción sensorial, memoria a corto y largo plazo y habituación. Por eso, en el esquema (Fig.1) pueden apreciarse los sucesivos pasos encaminados hacia la consecución de un aprendizaje adecuado. Lo interesante de esta esquematización es reflexionar sobre el hecho de que la magia puede traer ventajas a cada uno de estos pasos.

El proceso es entendido como una cadena donde todos los eslabones siguen un orden y se interrelacionan entre sí. Se parte de tener curiosidad y una actitud positiva hacia el contenido porque de esta manera se puede garantizar que los niños estén motivados e interesados ​​por aprender. Si ellos están motivados, significa que prestarán atención, por lo que percibirán los estímulos que les permitirán lograr un aprendizaje significativo de los contenidos. Por tanto, si se consigue un aprendizaje significativo, es posible retener información en la memoria sin esfuerzo.

Curiosidad

Si se analiza la definición de la palabra «curiosidad», es posible determinar cómo de importante es ésta en el proceso de enseñanza-aprendizaje. El diccionario de Cambridge (1999) la define como «un gran deseo de saber o aprender sobre algo”.

Ser curioso significa querer aprender, por tanto, ¿hay algo más importante que la predisposición? La curiosidad es la base de la motivación. La magia puede jugar un papel importante aquí porque es innegable que cualquiera que ve un truco de magia quiere saber cómo se hace. Como Berlyne (1960) afirmó, cuando las personas se enfrentan a situaciones con diferentes respuestas posibles, aparece un impulso de curiosidad que activa la motivación por solucionar el problema.

Además, según la teoría de Bruner (1966), el primer principio del aprendizaje es la motivación, pero asegura que esa motivación está impulsada por el instinto innato de curiosidad. Esto muestra que, si se comienza una lección diciendo la palabra magia o haciendo un truco, la curiosidad de los estudiantes por descubrir qué va a suceder les permitirá tener una actitud positiva hacia los contenidos. Además, si la magia se usa como un recurso regular, los niños estarán curiosos y ansiosos por que llegue la próxima clase. De esta forma, estarán motivados, que es el siguiente paso en la cadena.

Motivación

La motivación es un requisito del sistema nervioso central que permite que se produzca el aprendizaje (Azcoaga, 2010). La teoría de Gagné (1975) establece que el aprendizaje es un acto donde se distinguen diferentes fases y la primera es la fase de motivación.

Para lograr el aprendizaje debe haber motivación por parte del alumno. Además, la motivación debe ser estimulante, por lo que la magia juega un papel importante ya que una de sus principales características es su carácter estimulador, lo cual se comentará en el paso de percepción.

Prestar atención es fundamental para aprender porque para que el aprendizaje sea posible, es necesario el procesamiento mental activo. Pero, para prestar atención, se necesita un motivo, una razón, un incentivo; es decir, tenemos que estar motivados (González-Herrero, López y Prieto, 2003).

Específicamente, los estudiantes deben tener una motivación intrínseca, es decir cuando los motivos son inherentes a la persona. La necesidad de hacer algo (en este caso, aprender) es interno. Por ejemplo, si se usa magia, el interés de los estudiantes estará determinado por la emoción que sienten al hacer un truco correctamente o en general por la satisfacción del correcto desempeño de una tarea y éxito personal. Por eso, teniendo en cuenta que la motivación junto con la curiosidad puede significar que el aprendizaje se produzca o no, hay que considerar qué herramientas poseen este potencial. Y, por lo tanto, la magia podría cambiar y mejorar la enseñanza porque tiene un potencial enorme que la convierte en una herramienta “mágica” de motivación. Spencer (2012) establece que la mejora más notable en su estudio sobre la integración de trucos de magia en las aulas supuso el aumento de la motivación. Y en general, todas las diferentes investigaciones sobre este tema han concluido con la misma idea.

Atención

Pero la magia no solo estimula la curiosidad y la motivación, sino que tiene muchas otras ventajas dentro cada uno de los pasos del esquema anterior sobre el aprendizaje. Podría capturar rápidamente y mantener la atención de cualquier persona a cualquier edad. Entonces, una vez que los estudiantes estén interesados ​​en la lección, su atención está centrada en el maestro, y esta atención es la que permite que ocurra la comprensión (Merchán y Henao, 2011).

Por otra parte, si el uso de la magia se repite en diferentes ocasiones, en el momento en que los alumnos vean llegar al profesor estarán atentos y expectantes por ver cómo les sorprende. Ruiz (2013) afirma que ésta es una buena técnica para llamar la atención, y lo argumenta narrando la siguiente experiencia: tenía un grupo con niños muy habladores y era difícil para él captar su atención, así que un día entró a clase haciendo un truco de magia y solo los niños que no estaban hablando pudieron verlo. En consecuencia, a partir de ese momento, todos los niños estaban callados y atentos para no perderse ninguna sorpresa.

Además, no solo se logra el silencio, sino que una vez que están atentos, lo que diga el profesor será captado con atención. Por otro lado, es fácil imaginar en qué situación los alumnos prestarán más atención: con una explicación normal o explicando los mismos contenidos a través de un truco de magia.

Percepción

El siguiente paso del esquema es la percepción. Se puede definir como el proceso por el cual se reciben impresiones, imágenes o sensaciones a través de los sentidos (Díaz et al., 2017).

Sampascual (2001) estableció que la percepción es la base de todos los procesos cognitivos y constituye la puerta de entrada a la información. Los estímulos se perciben a través de los sentidos, y esa actividad sensorial está determinada por la motivación, la atención y la memoria (Berman y Colby, 2009).

El sentido por el cual recibimos más información del medio ambiente es el sentido de la vista. En concreto, el 60% de la información que llega al cerebro proviene de la percepción visual. Sumado a esto, sólo procesamos y traemos a nuestra memoria aquellos estímulos que captan nuestra atención y que tienen mucha intensidad (Sampascual, 2001; Díaz, 2017). Por lo tanto, ahora que se sabe la importancia de la percepción visual y que los estímulos deben ser impactantes, se puede establecer la influencia de la magia.

El ilusionismo tiene un carácter totalmente visual, lo que hace que los espectadores reciban estímulos constantes que viajan al cerebro, y como son tan llamativos, podrían ser almacenados directamente en la memoria. Si se estimula la percepción visual, se puede mejorar el aprendizaje (Price y Henao, 2011), por lo que nos encontramos ante otro argumento que demuestra que el uso de la magia puede mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Aprendizaje significativo

Gracias a todos los pasos anteriores ya se podría haber logrado el aprendizaje significativo porque los niños están dentro de un proceso activo en el que están motivados, atentos e interesados en aprender, lo cual les permite recibir estímulos y, por tanto, retener la información que el docente quiere que aprendan.

Pero la magia podría tener otro potencial con respecto al aprendizaje: podría permitir que los niños comprendan e interioricen mejor algunos conceptos y así hacer que sean más fáciles de aprender. Por ejemplo, hay muchas ideas en ciencias o matemáticas que son tan abstractas que resultan difíciles de comprender.

La magia nos permite representar ideas que son imposibles para nuestro cerebro. Si explicamos ese concepto o idea haciendo un truco de magia, los niños no solo lo entenderán mejor, sino que no lo olvidarán por su naturaleza impactante.

Memoria

Finalmente, el último paso de la cadena es la memoria, que está vinculada al aprendizaje. El aprendizaje implica adquirir información, lo que lleva a modificar el estado de la memoria. Esto significa que el aprendizaje y la memoria son dos procesos psicológicos estrechamente relacionados” (Aguado-Aguilar, 2001).

El problema es que, hoy en día, los estudiantes aprenden contenidos únicamente para el examen, pero no perduran en su memoria. Si hacen la misma prueba una semana después, probablemente no la recuerden. Por esa razón, es importante luchar por un aprendizaje significativo, porque el hecho de aprender de manera significativa implica recordar, y estos dos procesos se incluyen en el hecho de adquirir información.

Se puede volver a observar cómo la cadena de aprendizaje con magia podría tener resultados sucesivos. Gracias a lograr un aprendizaje significativo con magia, los estudiantes pueden lograr almacenar los contenidos en su memoria. Pero una buena adquisición de información en la memoria también depende de las emociones. Justel, Psyrdellis y Ruetti (2013) establecieron que cuando el contenido tiene una carga emocional, se almacena en la llamada memoria emocional. Ahí la información se retiene con más facilidad y se recuerda con más detalle que la información neutral. Esto se debe a que, en este tipo de situaciones donde los estudiantes sienten emociones, se liberan hormonas, como la adrenalina, que influyen positivamente en el aprendizaje y la memoria (McGaugh y Roozendaal, 2002; Roozendaal, 2000). Como consecuencia, la magia puede jugar un papel muy importante en la memorización de información porque ver un truco de magia despierta muchas emociones, principalmente alegría y sorpresa. Además, si los profesores explican un contenido a los estudiantes con el uso de un truco de magia, se sorprenderán tanto con el truco que el contenido se almacenará automáticamente en la memoria y será más fácil recordarlo.

Por todo lo argumentado hasta ahora es posible concluir afirmando la hipótesis propuesta, que es que la magia tiene un gran número de ventajas como herramienta pedagógica.

La magia ha demostrado ser una herramienta perfecta para despertar la curiosidad de los estudiantes. Su curiosidad por saber lo que va a suceder en un truco de magia los motiva en la lección. Pero no es suficiente que los estudiantes estén motivados al comienzo de la lección, sino que la motivación debe ser constantemente trabajada, y ahí es donde la magia ha demostrado tener otro gran potencial.

También se ha encontrado que la magia aumenta la atención de los estudiantes. El gran carácter cautivador de la magia, sumado al factor sorpresa que ofrece, hace que los alumnos concentren toda su atención en el mago, en este caso, en el maestro. A esto se suma que los estímulos visuales y los que aportan emociones son mejor retenidos, y la magia cumple con ambos requisitos ya que se caracteriza por ser visual y por crear emociones de sorpresa en los espectadores. Esto, a su vez, está relacionado con el concepto de aprendizaje porque, como se acaba de mencionar, la magia ofrece estímulos que permiten retener mejor los contenidos y, por tanto, aprender mejor.

Esta es la conclusión más importante a la que ha llegado este estudio: la magia mejora el proceso de aprendizaje. Es el resultado más importante porque ese es el objetivo de enseñar y lo que cualquier metodología pretende lograr. Se ha demostrado que usar magia para explicar un concepto ayuda a los estudiantes a que lo entienden mejor. Además, al usar la magia no es necesario que los estudiantes memoricen, sino que se produce un aprendizaje significativo. Y eso desencadena en el almacenamiento en la memoria. Mientras que con una metodología tradicional los estudiantes no recuerdan lo explicado a largo plazo, con la ayuda de la magia lo memorizan sin darse cuenta lo que significa que realmente lo aprenden.

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