Las #NuevasTecnologías como factor de #Motivación Share on XResumen: Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) se han alzado hoy en día como un instrumento de gran influencia en la sociedad actual, y por consiguiente en el campo de la educación. De esta manera, el presente artículo se basa en analizar la influencia de los recursos y herramientas digitales en la educación, concretamente en el aumento de la motivación para los estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria.
Abstract: Information technologies (IT) have risen up today as a tool of great influence in contemporary society and, therefore, in the field of education. In this way, this paper analyzes the influence of digital resources in education, specifically for increasing motivation on compulsory Secondary Education students.
Palabras clave: Tecnologías de la Información y la Comunicación; TIC; Motivación; Educación Secundaria Obligatoria.
Keywords: Information Technologies; IT; Motivation; Compulsory Secondary Education.
LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS COMO FACTOR DE MOTIVACIÓN
(artículo completo aquí)
Índice de contenidos
- 1 Las Tecnologías de la Información y la Comunicación
- 2 Posibilidades y retos de las Nuevas Tecnologías
- 3 Importancia de la motivación en el aprendizaje
- 4 Pautas de intervención en el aula
- 5 Actitudes y motivaciones frente a las TIC
- 6 Metodologías activas para el fomento de la motivación
- 7 Te puede interesar…
Las Tecnologías de la Información y la Comunicación
Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) producen un gran impacto sobre la educación, la cual debe evolucionar y saber responder ante las nuevas circunstancias que este cambio trae consigo. De este modo, fomentar y proporcionar el acceso a las nuevas herramientas y recursos digitales a los alumnos se torna una necesidad que pasa, indudablemente, por la formación de los docentes.
La falta de motivación en el alumnado no sólo supone un obstáculo para el aprendizaje de los conceptos, sino también una dificultad para los docentes en su labor diaria de impartir clases, ya que los estudiantes pierden la atención y generan desorden con frecuencia.
En este ambiente de desmotivación las nuevas tecnologías pueden desempeñar un papel fundamental, ya que se pueden considerar como una potente herramienta motivacional (Hernández, 2017).
Así pues, podemos dilucidar que tanto el uso de los medios digitales en pos de la motivación, como la formación del profesorado para el uso de dichos medios son dos aspectos necesarios para implantar nuevas metodologías en el aula.
Posibilidades y retos de las Nuevas Tecnologías
La incorporación de las TIC en la educación contribuyen a la formación de la competencia digital tanto en alumnos como en profesores, además de permitir el desarrollo de habilidades para el procesamiento y uso de la información. Según Aguilar (2012), las TIC han contribuido a mejorar la calidad educativa modificando la manera de buscar, intercambiar y analizar la información, fomentando un entorno personal de aprendizaje enfocado en la personalización del estudiante.
Hay que destacar que cuando se habla de la inclusión de las nuevas tecnologías al ámbito educativo nos estamos refiriendo a algo que va mucho más allá de unas simples herramientas digitales, ya que se habla de una construcción didáctica y un aprendizaje significativo basado en la tecnología.
Así pues, es necesario citar los beneficios que, tanto para el alumno como para el profesor, tienen la aplicación de las TIC (Díaz-Barriga, 2013):
- Motivación e interés: El alumno se encontrará más motivado si la materia es atractiva y si le permite investigar de una forma sencilla utilizando las herramientas TIC. El docente, utilizando habitualmente medios informáticos, despertará la motivación del alumno y le hará tomar más interés por los contenidos expuestos.
- Rapidez e inmediatez: Gracias al uso de las TIC, se puede contar en el aula con un número ilimitado de recursos educativos que nos permiten acceder a todo tipo de contenidos de forma veloz y en tiempo real.
- Interactividad y comunicación: El alumno puede interactuar y comunicarse con otros compañeros, enriqueciendo en gran medida su aprendizaje. Además, el diálogo profesor-estudiante también puede prolongarse hasta salir del propio aula.
- Cooperación y colaboración: Las TIC posibilitan la realización de experiencias, trabajos o proyectos en común, siendo más fácil trabajar juntos, aprender juntos, e incluso enseñar juntos, si hablamos del papel de los docentes.
- Aprendizaje en feedback: Gracias a la retroalimentación que se consigue con el uso de las nuevas tecnologías se pueden corregir los errores que se producen en el aprendizaje de una manera más sencilla, puesto que éstos se producen y modifican en el mismo instante.
- Iniciativa y creatividad: El desarrollo de la iniciativa del alumno, el desarrollo de su imaginación y creatividad, y la capacidad de construir el propio aprendizaje también es una ventaja de estos recursos.
- Autonomía y flexibilidad: Se disponen de una infinidad de canales desde donde obtener información, pudiéndose producir aprendizajes de forma asíncrona, por lo que se puede ser mucho más autónomo y flexible.
El mayor y más importante reto que se desencadena de la incorporación de las TIC en la educación es el fomento del aprendizaje significativo. En lo que respecta a los nuevos retos que otorgan las TIC en la educación, resaltar que los docentes juegan un papel fundamental, ya que deben fomentar el aprendizaje significativo. Según Hernández (2017) con la implantación de los medios tecnológicos se ayuda a que los estudiantes desarrollen competencias cognitivas y que puedan aplicarlas en diferentes situaciones. En contraposición, con la adquisición de habilidades y competencias a través de dicho aprendizaje, en las aulas, las herramientas TIC se utilizan para la búsqueda de información y para la ampliación de contenidos y conocimientos.
Importancia de la motivación en el aprendizaje
El concepto de la motivación engloba y mantiene una holgada tradición en el campo de la psicología cognitiva y dicho interés se ha visto en gran medida reflejado en el ámbito educativo, relacionando este término con el rendimiento académico de los estudiantes.
La motivación se entiende como el proceso que inicia, guía y mantiene una conducta orientada hacia un objetivo. Es un estado que puede conseguir que el aprendizaje perdure si se encuentran entre ambos conexiones lo suficientemente sólidas.
La motivación conlleva el aumento del interés por parte del alumnado, tanto de los contenidos como de los conceptos que se desarrollan en cada una de las materias, satisfaciendo así las necesidades, metas u objetivos que se planteen. Esta fuerza o estado debe estar presente en el docente y en los estudiantes, ya que el primero debe trabajar de una forma activa la exposición de información, el planteamiento de actividades o proyectos, y el segundo debe afrontar todo ello con el mismo ímpetu para conseguir unas determinadas metas.
Sin duda, hay una estrecha relación entre las metas y la motivación estudiantil, pudiéndose afirmar que, en función del objetivo, la motivación puede ser de una forma u otra. Giarrocco (2017) expone cuatro tipos de motivación fácilmente reconocibles durante el proceso educativo:
- Motivación extrínseca: Proviene principalmente de las recompensas, es decir, de los incentivos externos, como las calificaciones obtenidas o los premios por el trabajo bien hecho.
- Motivación intrínseca: Deriva de las propias tareas, es decir, de dentro del propio alumno, ya que éste realiza su trabajo por el mero hecho de obtener satisfacción personal.
- Motivación de competencia: También se origina por las tareas, aunque en este caso los alumnos no sólo aprenden por el placer y la satisfacción, sino que se interesan por los procedimientos aumentando así sus conocimientos.
- Motivación de logro o rendimiento: Esta motivación está relacionada con la autovaloración. Se genera en los estudiantes debido a las expectativas que produce ser académicamente superior, frente al resto de compañeros. En resumen, se trata de ser mejor que los otros a través de la competición.
Pautas de intervención en el aula
Ahora bien, si se suma la motivación y el uso de herramientas TIC pueden desarrollarse metodologías que apuesten por el trabajo activo del alumno, explotando lo mejor de los medios digitales y sirviéndose de la motivación para aumentar el éxito en el aprendizaje.
Es bien sabido que el proceso de aprendizaje es algo muy subjetivo, ya que el alumnado debe mostrar deseos de aprender, ya sea por motivos internos o externos, para que lo aprendido sea más significativo y tenga sentido. Esto no es más que conseguir su motivación para garantizar un correcto desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje (Rodríguez, Valles, González y Núñez, 2010).
Así, se puede considerar que la organización de las sesiones y la realización de actividades, incluyendo los procedimientos y recursos facilitados por el docente, constituyen las estrategias motivacionales fundamentales, que promueven el aprendizaje significativo. Esto ayuda a conseguir los mejores resultados posibles y alcanzar objetivos tales como el acceso a la información, la adquisición de competencias y habilidades y la formación de actitudes y valores.
Las estrategias motivacionales son consideradas como aquellas que deben potenciar la curiosidad del estudiante hacia los contenidos y tareas a realizar, otorgándoles un dominio sobre ellas. Además, deben ilustrar al alumnado sobre la importancia del contenido o la tarea en la adquisición de habilidades y competencias. Por último, han de orientar la atención de los alumnos hacia el proceso, buscando y desarrollando todos los pasos que se han dado, desde su idea hasta su valoración y conclusión.
Castellano (2012) apunta que los estudiantes muestran su interés y lo manifiestan mediante las preguntas y dudas que trasladan a los docentes. Sin embargo, ante las respuestas que reciben suelen perder o disminuir notablemente sus motivaciones, de ahí que sea tan importante escuchar a los alumnos y mostrarse receptivos ante sus aportaciones.
Campos (2010) propone la utilización de la retroalimentación (feedback) a través de ejercicios y actividades que incorporen el aprendizaje explícito (discusiones grupales, debates, lecturas, …) y el aprendizaje implícito (proyectos, juegos, experiencias…), otorgando al docente los indicadores necesarios para la evaluación del aprendizaje de sus alumos.
Bajo estas premisas, el docente debe velar por la coherencia entre sus objetivos y los del estudiante, activar el interés al comienzo de la clase, mantener la curiosidad promoviendo desafíos o retos motivadores, recurrir a ejemplos que se desarrollen en sus propios contextos e impulsar la autonomía, logrando siempre la adquisición de las metas propuestas.
Para generar un buen ambiente de aprendizaje en el aula Galanti (2016) nos aconseja prestart atención a los siguientes aspectos:
- Prestar atención a los refuerzos no verbales, teniendo en cuenta que las miradas, los gestos y las expresiones pueden decir mucho a los alumnos.
- Potenciar las virtudes de los estudiantes y centrarse en el fortalecimiento de sus cualidades, en lugar de perder tiempo recriminando los aspectos negativos.
- Realizar actividades rutinarias que proporcionen seguridad a los estudiantes.
- Establecer vínculos de confianza entre docente y alumnos.
Actitudes y motivaciones frente a las TIC
Antes de valorar las actitudes que tienen tanto docentes como alumnos frente al uso de las TIC, es importante concretar que existen diferentes teorías y modelos que guardan una profunda y estrecha relación con el constructo motivación, tanto de índole intrínseca como extrínseca. Esto se debe a la utilización de factores explicativos, ya sea de una manera directa o indirecta, de las diferentes motivaciones mencionadas en el campo educativo.
Dada la gran baza que juegan las TIC en el funcionamiento de las aulas, en cuanto a la resolución de problemas y a la conexión que tiene con la motivación, este tema ha sido abordado por múltiples autores, teniendo siempre muy en cuenta en él la formación de docentes (Karsenti y Lira, 2011). De todos estos estudios realizados se puede extraer una serie de pautas y conclusiones que nos ayuden a aumentar la motivación para utilizar las TIC, como por ejemplo, la oportunidad de hacer las clases más interesantes, la mayor participación estudiantil ante estas herramientas, la mejora de las presentaciones de materiales didácticos, la eliminación de las barreras temporales y espaciales, el intercambio de recursos, archivos y tareas a través de plataformas y, sin duda, la autonomía y facilidad de acceso a la información. Sin embargo, se aprecian algunas problemáticas habituales, como disponer de infraestructuras poco adecuadas o una formación escasa de los docentes.
La actitud hacia las TIC es un constructo que ha sido estudiado por diversos investigadores desde muy diferentes perspectivas, aunque sobre todo se ha trabajado bajo un componente cognitivo, afectivo y actitudinal (Torres, 2011).
Sin embargo, el punto de partida es la propia motivación de los docentes, siendo conscientes de la relevancia del papel que juegan como agentes motivadores. Los docentes deben tener una personalidad propia capaz de crear nuevos escenarios en el aula, generando un clima apropiado y así aumentar el interés del alumnado para potenciar al máximo sus capacidades. Todas estas situaciones creadas, son de vital importancia a la hora de transmitir, ya que alumnado es capaz de adquirir una mayor predisposición si observa una coherencia interna y cierta credibilidad en el docente. A raíz de lo anteriormente mencionado, es necesario indicar una serie de pautas de actuación por parte de los docentes para afrontar las TIC con un espíritu motivador y una buena actitud, a saber (Castellano, 2012):
- aprender de los errores que se comentan;
- realizar actividades educativas que fomenten la motivación por el trabajo;
- fomentar objetivos a corto plazo para lograr la satisfacción de los alumnos;
- comparar y compartir actividades y dudas con otros docentes para superar los problemas que surjan;
- desarrollar una formación actual en TIC;
- planificar una programación innovadora y creativa.
En lo que respecta al alumnado, diversos estudios se han desarrollado para conocer sus niveles de motivación, reflejando el alto grado de interés que presentan los estudiantes ante las TIC (Macías y Manresa, 2013). De esta manera sabemos que los estudiantes que utilizan en su vida cotidiana estas herramientas se sienten motivados por aplicar sus conocimientos previos y por aprender cosas nuevas, compartiendo dudas y anhelos con el resto de los compañeros.
Metodologías activas para el fomento de la motivación
La educación actualmente está basada en un aprendizaje tradicional, donde el profesor facilita la información y planifica los contenidos. Por su parte, el alumnado es un receptor pasivo, que no desarrolla habilidades de decisión, análisis, comunicación, colaboración y seguridad. En esta metodología simplemente se aprende individualmente conceptos que luego no se saben aplicar en la realidad (Naranjo, 2009).
En cambio, el aprendizaje basado en la resolución de problemas sitúa al estudiante en un lugar mucho más práctico y real, donde el profesorado plantea un problema abierto, y el alumnado, mediante la búsqueda de información de manera activa, interacciona con los demás, compara, desarrolla estrategias y toma decisiones. De esta manera, se consigue un aprendizaje significativo y motivado, desarrollando las habilidades y competencias que realmente van a necesitar para enfrentarse a la vida real.
También suele ser muy positivo para alcanzar la motivación el hecho de optar por las modalidades de trabajo cooperativo y trabajo colaborativo, aunque en absoluto ambas propuestas consistan en lo mismo (Moreno, 2010).
El aprendizaje colaborativo es la interacción de todos los integrantes para buscar la solución de un problema, por ejemplo, explicar las materias unos a otros aportando su propia información e ideas. Por su parte, el aprendizaje cooperativo es utilizar el trabajo en equipo para un fin común con una participación igualitaria; si un miembro del equipo flaquea va mal la totalidad del grupo.
No obstante, las ventajas de ambas modalidades suelen ser similares, ya que esta forma de trabajar contribuye a alcanzar las competencias, y a culminar en aprendizajes mucho más profundos.
El docente tiene un rol muy importante en el diseño de los ambientes de aprendizaje, de todo tipo, debiendo considerar los planteamientos de problemas, la capacidad analítica investigativa, el trabajo en equipo, la lectura comprensiva, el manejo de las tecnologías y el tamaño de los grupos, entre otros (Galanti, 2016).
Una de las mejores metodologías que pueden emplearse para motivar a los alumnos mediante el uso de las nuevas tecnologías es el conocido como mobile leraning (m-learning), el origina u aprendizaje oblicuo que parte del uso de los medios digitales, flexibilizando el proceso educativo y estimulándolo. Según Burbules (2014), presenta seis rasgos característicos:
- La portabilidad, que permite acceder a la enseñanza desde multitud de terminales y dispositivos.
- La ubicuidad desde un punto de vista espacial, pues se tiene de acceso a la enseñanza en prácticamente cualquier lugar.
- La interconexión tecnológica y social.
- La ubicuidad en un sentido práctico, disponiendo de multitud de contenido para satisfacer grandes necesidades en tan sólo un clic.
- La ubicuidad en un sentido temporal, permitiendo una comunicación y un aprendizaje asíncronos.
- La ubicuidad en el sentido de redes, flujos de personas, ideas, etc. ,dando sentido a este nuevo mundo globalizado.
El gran reto que deben tener en cuenta todos los miembros que forman parte de la comunidad educativa, es la diversidad de escenarios, contextos y roles que deben implantarse para mejorar el proceso educativo, ya que la generación actual de jóvenes reciben estímulos, establecen relaciones con otras personas, buscan información o actividades de ocio de forma interactiva y ellos mismos demandan emplear estas herramientas en su aprendizaje.
Por desgracia, en la actualidad de los centros educativos la motivación aparece a través de las calificaciones. Los docentes deben tratar de inculcar unas pautas para conseguir despertar el interés y motivación de los estudiantes, tanto en los contenidos desarrollados como en los temas transversales que se puedan llegar a proponer. Sin embargo, la no consecución de las necesidades buscadas por el docente puede producir en los estudiantes trastornos en el comportamiento o en la personalidad tales como desorganización, agresividad, nerviosismo, apatía, desinterés y ansiedad.
En conclusión, se puede afirmar que los alumnos no se encuentran motivados en clase, pero gracias a las TIC se llegaría a conectar con ese alumnado que ha perdido el interés.
Así se profundizaría en la búsqueda de la motivación, abandonando las tareas rutinarias, las clases monótonas basadas en libros de texto y las actividades que no se asemejan a la realidad del alumno. Es por ello que los docentes deben utilizar diferentes metodologías que dejen de lado lo acontecido y pongan en uso aquellas metodologías que generen retos atractivos vinculados con situaciones actuales a través del uso de las herramientas. De este modo, se llegará a despertar el interés y a satisfacer las necesidades e inquietudes de los estudiantes, logrando adquirir las competencias y habilidades necesarias para conseguir un aprendizaje significativo de los conceptos.
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