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La importancia de la Educación Emocional en Educación Infantil

Los rincones emocionales

¿Somos capaces de conocer nuestras emociones y de dominarlas cuando es preciso? ¿Sabemos cómo actuar ante cada situación? ¿Cuándo es el momento adecuado para tratar la educación emocional? ¿Es necesaria la educación emocional en nuestra vida?

Bisquerra (2007) concibe la competencia emocional como “la capacidad para movilizar adecuadamente un conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para realizar actividades diversas con un cierto nivel de calidad y eficacia”. Por su parte, la inteligencia emocional es entendida como “la autoconciencia, la confianza en uno mismo, la empatía y la gestión más adecuada de emociones e impulsos perturbadores, que no sólo mejoran la conducta del niño, sino que también inciden muy positivamente en su rendimiento académico” (Goleman, 2006).

Uno de los principales retos de la educación de hoy día es desarrollar en los alumnos las competencias emocionales mientras son educados en inteligencia emocional, lo cual hay que comenzar desde las edades y fases más tempranas.

La educación emocional en Educación Infantil se dirige, principalmente, hacia el desarrollo de las capacidades de los alumnos para reconocer y nombrar sus emociones de manera natural y espontánea, así como las de los demás, a través de elementos verbales y no verbales.

Para lograr tal objetivo, es preciso establecer una metodología lúdica que conecte con la realidad de los niños y les facilite la comprensión de conceptos emocionales abstractos, como la propuesta de los rincones emocionales, cuyo fin es formar personas competentes ante cualquier situación de la vida cotidiana, para que sepan afrontar mejor las adversidades, dominen sus emociones y sean capaces de superar todo lo que se les presente.

LOS RINCONES EMOCIONALES EN EDUCACIÓN INFANTIL

Conceptualización de los Rincones Emocionales

Uno de los principios metodológicos en Educación Infantil es el principio de actividad, una de las bases pedagógicas de esta educación surgida de la Escuela Nueva, donde se prioriza una educación activa, útil para la vida, individualizada, a través de diferentes tipos de materiales y mediante el juego, de manera que se intenta que sea el niño el principal protagonista de su proceso de aprendizaje (influyendo en aspectos tales como la motivación, el esfuerzo y la iniciativa del individuo). Dentro de este principio de actividad cabría situar a los rincones emocionales.

Mediante la utilización de los rincones emocionales contribuiremos al desarrollo de diversas competencias emocionales en el alumnado, además de la inteligencia emocional propiamente dicha, contribuyendo a mejorar el rendimiento académico futuro de los alumnos e incidiendo positivamente en la prevención de diversas situaciones conflictivas. Mediante el trabajo de los rincones emocionales se pretende dotar a los alumnos de conocimientos y experiencias básicas relacionadas con la gestión de los sentimientos y la vida emocional en general.

Tratamiento de los Contenidos Emocionales

Siguiendo a Lazarus (1991), las emociones se pueden clasificar en:

  • Emociones negativas: Son las diferentes formas de amenaza, frustración o retraso de un conflicto. Incluyen al miedo, la ira, la ansiedad, la tristeza, la culpa, la vergüenza, la envidia, los celos, el asco…
  • Emociones positivas: Son el resultado de una evaluación favorable respeto al logro de objetivos o el acercamiento a ellos. Incluyen la alegría, el sentimiento de estar orgulloso, el amor, el afecto, el alivio o la felicidad.
  • Emociones ambiguas: Son aquellas que incorporan la sorpresa, la esperanza y la compasión, además de las emociones estéticas.
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Los contenidos emocionales que se pretendan trabajar con la implantación de los rincones emocionales tendrán que ser puestos en marcha mediante actividades significativas para el alumnado y por medio de las rutinas habituales del aula. Los rincones emocionales, además, desglosarían sus contenidos en dos grandes bloques: conciencia emocional y regulación emocional.

La conciencia emocional se refiere al hecho de ser consciente del propio estado de ánimo y poder expresarlo de diversas formas, a la par que se reconocen e identifican los sentimientos y emociones de los demás. La regulación emocional es entendida como la capacidad de regular los impulsos y las emociones, sobre todo las desagradables, desarrollando tolerancia hacia la frustración y paciencia ante las gratificaciones.

Por tanto, los rincones emocionales, partiendo de uno y otro bloque, contribuirán a:

Desarrollo de la propuesta del Trabajo por Rincones

El desarrollo de la propuesta de los rincones emocionales se fundamenta en las bases de los rincones de actividad, una estrategia metodológica frecuentemente utilizada en el período de la Educación Infantil. La metodología del trabajo por rincones es “una estrategia pedagógica que responde a las exigencias de integrar las actividades de aprendizaje a las necesidades básicas del niño (…), es un intento de mejorar las condiciones que hacen posible la participación activa del niño en la construcción de sus conocimientos” (Laguía y Vidal, 2011).

Así pues, los rincones de actividad (y, por tanto, los emocionales) son entendidos como espacios de crecimiento que facilitan la actividad tanto individual como colectiva de los niños, a la vez que facilitan la posibilidad de reflexionar sobre qué están haciendo: se juega, se investiga, se explora, es posible curiosear, probar y volver a probar, buscar soluciones, concentrarse, actuar con calma sin la obsesión de obtener resultados inmediatos a toda costa (Pedrero, 2012). El hecho de adaptar la metodología del trabajo por rincones a un concepto tan particular como lo son las competencias emocionales requiere prestar atención plena a cada niño para poder delimitar sus avances y progresos, lo que se traduce en una gran oportunidad de atender a la diversidad, ofreciendo respuestas adecuadas a las diferentes motivaciones, necesidades, intereses o incluso estilos cognitivos.

En la práctica, los rincones emocionales se distribuirían en tres espacios diferentes del centro escolar: aula, pasillos y zonas de tránsito y patio. Lo importante de la educación emocional es su carácter transversal, su implicación en todos los momentos de la jornada escolar y su repercusión en todos los planos de la vida de los niños, por lo que extrapolar dichos rincones a más dependencias del centro es la mejor de las opciones.

Con todo esto, el docente tendría que facilitar una serie de propuestas gamificadas para que los niños las llevaran a cabo en los rincones emocionales, que giraran en torno a la identificación de emociones, gestos, situaciones… además de permitir que los niños explorasen e improvisaran con naturalidad en ellos, facilitándoles herramientas orientadas al desarrollo de la competencia emocional: espejos, imágenes con gestos, historias sobre emociones, etc.

Si conseguimos formar personas que sean capaces de conocerse a si mismas, tanto en sus limitaciones como en sus ventajas personales y emocionales, es muy posible que estemos contribuyendo a que, cuando crezcan, sean personas más felices y sepan afrontar de forma más equilibrada cualquier situación.

El artículo La importancia de la Educación Emocional en Educación Infantil. Los rincones emocionales forma parte del Número 3 de Campus Educación Revista Digital Docente, un proyecto destinado a la divulgación de publicaciones de carácter educativo que permite la difusión del conocimiento y pretende el enriquecimiento de toda la comunidad educativa.

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