La evaluación en Educación Física

Criterios de evaluación y estándares de aprendizaje

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criterios de evaluación y estándares de aprendizaje evaluables

Criterios de evaluación y estándares de aprendizaje: Evaluación en Educación Física

La evaluación se ha convertido en un valioso instrumento de seguimiento y de valoración de los resultados obtenidos en el aprendizaje, así como de mejora de los procesos que permiten obtenerlos, por lo que resulta fundamental establecer procedimientos de evaluación para los distintos ámbitos del conocimiento y agentes de la actividad educativa diaria. En las siguientes líneas nos dedicaremos a reflexionar sobre los diferentes matices de la evaluación en el área de Educación Física en la etapa de Primaria, concretándolos en una comunidad específica, para ver, así, qué nuevos aspectos introduce la LOMCE en los sistemas de evaluación.

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EVALUACIÓN EN EDUCACIÓN FÍSICA

La evaluación como elemento curricular

Según Real Decreto 126/2014, de 28 de febrero, por el que se establece el currículo básico de la Educación Primaria, la evaluación en esta etapa se caracteriza por ser global, ya que se refiere al conjunto de capacidades expresadas en los objetivos de la etapa. A su vez, será continua, porque lejos de representar la superación de pruebas de evaluación con carácter meramente calificador, tiene un carácter formativo y orientador para el proceso educativo en su conjunto.

Podemos definir la evaluación como el elemento y proceso fundamental en la práctica educativa que nos orienta y nos permite efectuar juicios de valor necesarios para orientar y tomar decisiones con respecto al proceso de enseñanza-aprendizaje.

La evaluación debemos contemplarla como una de las principales novedades que introduce la LOMCE con respecto al marco anterior y que, según el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, constituye una de las medidas llamadas a mejorar, de manera más directa, la calidad del sistema educativo.

La evaluación de la LOMCE

Uno de los cambios más significativos en la evaluación tras la LOMCE lo constituye el nuevo elemento curricular conocido como estándares de aprendizaje evaluables, un nuevo referente curricular en las etapas de Primaria, Secundaria y Bachillerato que supone una gran transparencia para centros educativos, Administraciones, familias y alumnos ya que se dedican a establecer qué es lo que debe aprender el alumno, cómo tiene que demostrar ese aprendizaje y mediante qué procedimientos y en qué contexto ha de demostrarlo (Román, 2015).

Las evaluaciones propuestas por la LOMCE son, por supuesto, un reto para el profesorado, que debe aprender a preparar a sus alumnos para asumir una evaluación competencial, por lo que debería cambiarse radicalmente la metodología llevada a cabo en las aulas antes de implementar el uso de estos estándares.

La evaluación contextualizada en una comunidad

Desde las diferentes administraciones se ha hecho una gran labor por acercar los más desconocidos entramados de las evaluaciones de la LOMCE y ayudar, así, a los docentes a poder aplicarlas de la mejor forma posible. En esta línea destaca, por ejemplo, la Región de Murcia, que elaboró un manual de evaluación a partir del cual se pretende explicar cómo realizar la evaluación de los alumnos que cursan Educación Primaria mediante estándares de aprendizaje y, de este modo, conocer de manera objetiva el rendimiento o logro alcanzado por el alumno en cada una de las áreas, así como el grado de adquisición de las competencias del currículo de la etapa.

Dentro de la comunidad que tomaremos de referencia, y desde el área de Educación Física, encontramos una clara referencia a la importancia del proceso evaluador en las orientaciones Metodológicas del Decreto 198/2014 de 5 de septiembre, por el que se establece el currículo de la Educación Primaria en la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia.

La evaluación del proceso de aprendizaje en Educación Física

Antes de proceder a evaluar los distintos conocimientos y destrezas de los alumnos en el área de la Educación Física, conviene diferenciar entre tres tipos de estándares (conceptuales, motrices y actitudinales) que nos servirán para poder evaluar de forma mucho más concreta el proceso de aprendizaje del alumnado, los cuales siempre pueden estar sujetos a las modificaciones y ajustes que los profesores, de manera particular estimen oportunos.

Los estándares de carácter teórico-conceptual

Entendemos los estándares de carácter conceptual como aquellos que se relacionan con las cuestiones más directamente vinculadas con el ámbito cognitivo que se desprenden del currículo de Educación Primaria. Este tipo de estándares nos van a permitir evaluar los conocimientos del alumnado a través de pruebas tipo examen, fichas o presentaciones, tanto orales como escritas, etc. Veamos algunos ejemplos de estándares conceptuales y sus posibles formas de calificarlos:

Ejemplo de estándar conceptual sería el estándar “Comprende la explicación, usando términos y conocimientos que se desarrollan en el área de ciencias de la naturaleza sobre el aparato locomotor” del tercer curso de Educación Primaria se corresponde con el criterio de evaluación “Relacionar los conceptos específicos de educación física y los introducidos en otras áreas con la práctica de actividades motrices de todo tipo”, que a su vez se engloba en los bloques de contenidos “Juegos y actividades deportivas” y “El cuerpo: imagen y percepción”.

Para realizar la calificación de dicho estándar podría optarse por plantear una actividad en la que se evaluaran los conocimientos conceptuales (como una ficha en la que señalar huesos, músculos, órganos…) y utilizar como instrumento una escala de calificación numérica.

El mismo procedimiento de calificación y determinación de instrumentos de evaluación se seguiría con estándares de aprendizaje evaluables como “Relaciona los principales hábitos de alimentación con la actividad física (horarios de comida, calidad/cantidad de los alimentos ingeridos, etc.)” o “Identifica las lesiones y enfermedades más habituales en relación a la práctica de actividad física, así como las acciones preventivas y los primeros auxilios”, por ejemplo.

En las orientaciones metodológicas del área (Decreto 198/2014) encontramos alusiones directas a la forma de enfocar este tipo de contenidos, para poder calificarlos adecuadamente y diseñar actividades de evaluación, mediante referencias tales como “La promoción de estilos de vida saludables podrá desarrollarse a través de los hábitos de aseo diario, las propuestas de tareas para investigar y formar así un juicio crítico sobre distintos comportamientos cotidianos o la gestión de una alimentación equilibrada y saludable, entre otros contenidos”.

Los estándares de carácter motriz

Los estándares de tipo motriz son estándares vinculados muy especialmente al área de la educación física, pues hacen alusión a elementos corporales, de coordinación y de capacidades físicas. A la hora de evaluar estos estándares debemos tener en cuenta que la forma de obtener la información puede y debe ser marcadamente distinta a los estándares citados en el apartado anterior (los conceptuales) para elaborar una clara diferenciación. La observación del acto motor requiere que tengamos herramientas para hacer tangible dicho aprendizaje y poder calificarlo, evaluarlo y retroalimentarlo de manera rigurosa y precisa.

El estándar “Mantiene el equilibrio en diferentes posiciones y superficies”, del cuarto curso de Primaria, constituye un ejemplo evidente de este tipo de estándares motrices, el cual se podría calificar mediante el desarrollo de actividades en las que el alumno tuviera que demostrar cierto dominio corporal. Por ejemplo, este estándar en particular puede ser evaluado con un ejercicio que consista en realizar diferentes equilibrios, cambios de postura, posiciones y superficies, etc. El docente, en función del diseño de la actividad, se establecería una rúbrica, de 0 a 4 puntos, a saber: no realiza la actividad; no mantiene el equilibrio; mantiene el equilibrio en diferentes superficies pero en diferentes posiciones; mantiene el equilibrio en diferentes superficies y posiciones; realizar todos los movimientos requeridos.

De la misma manera pudieren diseñarse actividades similares y rúbricas parecidas para estándares, también de carácter motriz, como Adapta los desplazamientos a diferentes tipos de entornos y juegos de colaboración-oposición, ajustando su realización a parámetros espacio temporales” y Adapta el manejo de objetos con los segmentos superiores e inferiores a juegos de colaboración y oposición, aplicando correctamente los gestos y utilizando los segmentos dominantes y no dominantes”.

En la misma línea que en el anterior grupo de estándares, a la hora de diseñar actividades y/o tareas para calificar éstos debemos prestar atención a las orientaciones metodológicas del área del Decreto 198/2014 de 5 de septiembre, cuando se cita: “el docente también podrá establecer la búsqueda de respuestas divergentes a los problemas planteados: formas diferentes de lanzar con efectividad un objeto, usos no convencionales de material, creación de materiales con materiales reciclados, combinación de patrones motores dados para realizar coreografías, solución a situaciones sencillas de táctica deportiva, etc.”

Los estándares de carácter actitudinal

Los estándares de tipo actitudinal pretenden medir aprendizajes relacionados con “saber ser”.

En la introducción a nuestro área ya se habla del análisis crítico que afiance actitudes, valores referenciados al cuerpo, al movimiento y a la relación con el entorno. También de fomentar actitudes tan importantes como el trabajo en equipo, el juego limpio, el respeto a las normas, etc.

Estos estándares (como por ejemplo Incorpora en sus rutinas el cuidado e higiene del cuerpo”; Participa en la recogida y organización de material utilizado en las clases”; o “Demuestra autonomía y confianza en diferentes situaciones, resolviendo problemas motores con espontaneidad y creatividad”) pueden calificarse mediante actividades constituyentes en registros de actividad, y evaluarlos a partir de listas de control, elaborando un seguimiento pormenorizado, visual y cuantitativo que facilite la percepción de la evolución de cada alumno.

Igualmente, en las orientaciones metodológicas encontramos aspectos tan importantes como el fomento de una actitud reflexiva y crítica con determinados comportamientos, tanto desde del punto de vista del espectador, como del participante, así como la eliminación de comportamientos no deseables, teniendo en cuenta que determinadas actividades deportivas, juegos populares, danzas u otras manifestaciones motrices han estado teñidas tradicionalmente de ciertos prejuicios.

Una de las peculiaridades de los estándares de este tipo (actitudinales) es que se muchos de nuestros criterios de evaluación para el área de Educación Física, y prácticamente todos sus bloques de contenidos contienen elementos relacionados con el “saber ser”, como el respeto hacia las reglas, el esfuerzo personal, el respeto hacia los demás, la valoración del trabajo propio y ajeno…

Podemos ver cómo, para poder implementar una de las más significativas novedades de la LOMCE en un área de conocimiento tan solo es necesario realizar una pequeña reflexión sobre la práctica docente, los métodos empleados y el modelo pedagógico acogido. En la Región de Murcia, siguiendo con el ejemplo que hemos tomado de referencia, se han ideado varias herramientas de evaluación para emitir una evaluación del alumno tanto del área como del desarrollo de las siete competencias clave, como @nota, una aplicación informática ideada por la Consejería de Educación y Universidades para programar, evaluar y calificar al alumnado, que permite diseñar las programaciones docentes, secuenciar estándares por evaluación y unidades formativas, así como por competencias.

La evaluación es un punto que no puede faltar nunca en la programación de un docente pues supone una parte imprescindible del proceso educativo, aún más con nuestra actual ley educativa, ya que si no comprobamos qué es lo que realmente aprende el alumno y qué se debe mejorar, el proceso de enseñanza-aprendizaje se estancaría, al igual que nos sería imposible mejorar si no autoevaluamos nuestra propia práctica y la retroalimentación que se produce en el aula. Una vez evaluados los resultados tendríamos que ver qué modificaríamos del método y de nuestra puesta en práctica para que seamos más eficaces en sucesivas ocasiones.

El artículo La evaluación en Educación Física. Criterios de evaluación y estándares de aprendizaje forma parte del número 4 de Campus Educación Revista Digital Docente, un proyecto destinado a la divulgación de publicaciones de carácter educativo que permite la difusión del conocimiento y pretende el enriquecimiento de toda la comunidad educativa.

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José Miguel García Fernández
José Miguel es diplomado en Magisterio de Educación Física y tiene un máster en Investigación en Actividad Física. Actualmente es maestro de Educación Física en el CEIP Santo Domingo y San Miguel de Bullas (Murcia)