A tenor de la repercusión que ha tenido, tanto en el ámbito educativo como en el social, la implantación de la LOMCE (Ley 8/2013, de 9 de diciembre, para la Mejora de la Calidad Educativa) es necesario reflexionar sobre cómo ha sido la evolución que se ha sucedido en este país a través de las diferentes leyes educativas que se han desarrollado desde 1970 para comprobar si esta nueva reforma es una vuelta a sistemas educativos del pasado o, en verdad, no es tan diferente a la LOE, la cual modifica, que no deroga (Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación).
La mejora en la calidad de la #educación es una constante en todo el desarrollo de la #LOMCE Share on X
De entre los principales objetivos de la LOMCE destacan la mejora de la empleabilidad y la estimulación del espíritu emprendedor en los estudiantes, la reducción de la tasa de abandono escolar temprano y, sobre todo, la mejora de los resultados educativos de acuerdo a criterios internacionales. Además, se acompaña de principios tales como el aumento de la autonomía en los centros educativos, las evaluaciones externas de fin de etapa, la racionalización de la oferta educativa, la flexibilización de las trayectorias y el refuerzo de la capacidad de gestión de la dirección de los centros.
La mejora en la calidad de la educación es una constante que se puede apreciar en todo el desarrollo de la LOMCE, además de ser uno de los motivos básicos que justifican la reforma y por lo que se orientan casi todas sus propuestas, tales como la simplificación del currículo, el reforzamiento de los conocimientos instrumentales, la adecuación a las capacidades de los estudiantes, el incremento de la transparencia de los resultados o la rendición de cuentas.
No obstante, los deseos por mejorar la educación y hacerla asequible a todos no es algo exclusivo de nuestra última ley orgánica, sino que ha sido una constante en casi todas las leyes educativas que ha tenido nuestro país:
Viendo las diferentes leyes en su contexto histórico y con la repercusión y ambición que se pusieron en práctica, se puede decir que con cada cambio de gobierno ha aparecido una nueva ley para intentar transformar la educación y, a pesar de todos los esfuerzos e intentos de todas ellas, la gran mayoría no ha podido modificar de raíz el sistema educativo, ni su relación con el sistema político, social o económico, así como su estructura institucional.
Este artículo es un extracto del original incluido en el segundo número de
Campus Educación Revista Digital Docente.
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