El #Juego como elemento dinamizador en el #patioderecreo. #CEdRevistaDigitalDocente Share on XResumen: El tiempo de recreo es un momento clave dentro de la rutina escolar que, lejos de dejar fuera de planificación o atención por parte de los docentes, debe ser tenido en cuenta como un momento idóneo para plantear el juego y la actividad lúdica como herramientas educativas, dinamizando este espacio y dotándolo de una clara finalidad inclusiva.
Palabras clave: Juego; Actividad lúdica; Rutina escolar; Inclusión educativa; Dinamización; Patio de recreo.
Abstract: Recess playtime is a key moment inside school rutine which must not be outside the scope of teacher’s attention and planning. It must be considered an ideal occasion to propose games as a teaching tool, dynamizing this time with an inclusive purpose.
Keywords: Game; Ludic activity; School rutine; Educational inclusivity; Dynamizing; Playtime.
EL JUEGO COMO ELEMENTO DINAMIZADOR
Índice de contenidos
El origen de una necesidad
Desde hace poco tiempo, comienza a surgir una preocupación por la convivencia dentro de los centros escolares, más concretamente, en los tiempos de recreo. Esto se debe, en gran parte, a que los espacios del recreo escolar no suelen ser inclusivos y cuanto ni menos educativos. En este sentido, la finalidad del propio juego se desvanece, convirtiéndose así en fruto de acciones desestructuradas. Junto a ello, el aislamiento de gran parte del alumnado, la violencia y acoso escolar, así como el asentamiento de ciertos juegos y deportes discriminatorios en las zonas de recreo, han servido como punto de inflexión para dar un paso hacia un cambio en la forma de concebir el recreo.
De este modo, empiezan a surgir nuevas ideas y planteamientos con el fin de establecer una metodología enfocada a la mejora del tiempo de ocio y de esparcimiento en la escuela. Fruto de esta situación, el juego toma el mando como parte fundamental del recreo, a través del cual el alumnado podrá experimentar diversas formas de organizar las zonas y tiempos en el recreo.
Este proceso de cambio para la estructuración de espacios lúdicos en el recreo debe ser un aliciente para todo el cuerpo docente del centro escolar. No obstante, el contexto en el que se enmarca cada centro es diferente del resto, pero si bien es cierto que el planteamiento de los juegos como elemento dinamizador de estos espacios y tiempos puede llegar a ser un punto clave para hacer del recreo un espacio inclusivo. Por tanto ¿es realmente una necesidad a cubrir en nuestros centros? ¿Es el juego una buena herramienta para ello? ¿Qué papel tendría el docente? La respuesta a dichos interrogantes los abordaremos a lo largo del desarrollo del artículo.
Conceptualización del juego
En primer lugar, nos vemos en la obligación de delimitar el concepto de juego:
- Omeñaca y Ruíz (2005), definen el juego como actividad alegre, placentera y libre que se desarrolla dentro de sí misma sin responder a metas extrínsecas e implica a la persona en su globalidad, proporcionándole medios para la expresión, comunicación y aprendizaje.
- Rodríguez, Pazos y Palacios (2015), entienden el juego como una herramienta útil para adquirir y desarrollar actividades intelectuales, motoras o afectivas, que requiere ser realizado de forma voluntaria y placentera, sin sentir la obligación de ningún tipo y disponiendo del tiempo y espacio necesarios para extraer la verdadera esencia de esta actividad libre, espontánea, voluntaria, innata y relacionada con las primaras etapas de la vida.
En este sentido, podemos decir que el juego es un elemento propicio para el aprendizaje y desarrollo de habilidades sociales, que presenta facilidades para la participación de todo el alumnado, que es una actividad placentera, voluntaria y libre, y que supone el descubrimiento del mundo exterior y de sí mismo.
Tipología del juego
Existen tantas clasificaciones como autores que estudian las características de los juegos. Por tanto, haremos mención a aquella clasificación que más resulta de fácil comprensión e implementación en los patios y recreos, que es el objetivo que vamos persiguiendo.
En base a ello, Blázquez (2001) los clasifica atendiendo a:
- Grado de iniciativa: se encuentran aquellos juegos que se caracterizan por ser muy activos, de media intensidad o escasa actividad. El tipo de iniciativa va a depender de la finalidad del juego y de sus participantes.
- Grado de intervención: se diferencian los de participación total y participación parcial. La intervención de un juego está sometida en función de las reglas por las que se rige el juego.
- Dimensión social: se recogen aquellos que son individuales, colectivos o de equipos. Al igual que la iniciativa, los participantes de un juego tendrán un rol dependiendo de las reglas y finalidad del mismo.
- Grado de dificultad: podrían ser desde la resolución de retos y acertijos hasta el simple hecho de jugar por jugar. Según la edad madurativa y la adaptación a los juegos por parte del alumnado la dificultad podrá variar.
- Tipos de movimiento: como la marcha, carrera, salto, lanzamientos, equilibrio, coordinación, sensoriales. Estos juegos buscan el desarrollo de las habilidades motrices básicas.
El valor del juego
En relación a esto, el juego se ubica dentro del contexto escolar como marco de gran relevancia para el logro de los aprendizajes. El juego permitirá, entre otros aspectos, el desarrollo de la inteligencia, la afectividad, la sociabilidad, reflejando en el niño sensaciones placenteras y de felicidad, lo cual amerita que sea considerado uno de los pilares en numerosas actividades escolares
El juego, en su aspecto formal, es una acción libre ejecutada «como si» y sentida como situada fuera de la vida corriente, pero que, a pesar de todo, puede absorber por completo al jugador, sin que haya en ella ningún interés material ni se obtenga en ella provecho alguno, que se ejecuta dentro de un determinado tiempo y un determinado espacio, que se desarrolla en un orden sometido a reglas y que da origen a asociaciones que propenden a rodearse de misterio o a disfrazarse para destacarse del mundo habitual (Huizinga, 2012).
Entre los valores más importantes que transmite el juego, encontraríamos:
- Como elemento educativo, es capaz de desarrollar aspectos cognoscitivos, sociales, afectivos y motrices.
- Como elemento pedagógico, los aprendizajes de la vida se interiorizan mejor si se adquieren jugando.
- Como elemento sociológico, que sirve como marco para introducir al alumnado en la sociedad.
El principio de inclusión
Acorde con el planteamiento establecido por la UNESCO (2008), la inclusión es un proceso de abordaje y respuesta a la diversidad de las necesidades de todos los alumnos a través de la creciente participación en el aprendizaje, las culturas y las comunidades, y de la reducción de la exclusión dentro y desde la educación.
De este modo, el principio de inclusión se apoya en la convicción de que todo el alumnado puede aprender cuando se les otorgan las oportunidades de aprendizaje apropiadas y se estimulan las capacidades de cada individuo.
Uno de los principales aspectos por el que se debe regir el juego, es por el principio de inclusión. Por tanto, en los juegos planteados para el tiempo de recreo deben tener presente siempre este concepto, que remarca la necesidad de aportar por una escuela única y para todos.
Es aquel principio por el cual ha de regirse la enseñanza con el objetivo de proporcionar a todo el alumnado una enseñanza adecuada a sus características y necesidades (Arnaiz, 2012).
A este respecto, se puede decir abiertamente que la educación inclusiva es una aproximación estratégica con el fin de proporcionar un aprendizaje exitoso para todo el alumnado. Constituye un planeamiento relevante para disminuir y superar todo tipo de exclusión a través del derecho de las personas a una educación; tiene relación directa con acceso, participación y aprendizaje exitoso en una educación de calidad para todos.
El juego inclusivo
En base al principio de inclusión, los tiempos de recreo forman parte de contexto escuela, por lo que los juegos que planteamos deben seguir la línea de la inclusión, tratando de eliminar o suprimir aquellas barreras sociales o comunicativas que impiden a cualquier alumno ser partícipe de dichos juegos.
Un juego inclusivo será aquel que se adapta a las peculiaridades de sus participantes, velando por sus intereses y necesidades, con el fin de conseguir un equilibrio de las relaciones. De este modo, todos deben tener las mismas oportunidades en su participación, desarrollándose siempre en un contexto sano de prejuicios y en un espacio acorde a la lógica interna del juego. No obstante, la participación será el eje fundamental, ya que son quienes aceptarán las normas y darán vida a una situación recreada.
En este sentido, consideramos importante resaltar aquellas premisas esenciales que desprende el juego inclusivo, como son:
- Fomenta de la cooperación y el trabajo en equipo.
- Disminuye los conflictos y las discrepancias.
- Favorece la libertad y la coeducación.
- Desarrolla la creatividad, la imaginación y la espontaneidad.
- Promueve el diálogo, la comunicación y la convivencia.
- Genera valores sociales de respeto, de equidad y de responsabilidad.
Características de los juegos para los patios y recreos
Entendemos el juego como una manifestación de una actividad física y/o intelectual, más o menos reglamentada, en donde es necesaria la creación de una estrategia para su desarrollo y para resolver los problemas que se originen.
A continuación, analizaremos las siguientes características que debe reunir un juego para que forme parte de nuestros patios y recreos, siguiendo a Lagar (2015).
- Cooperativos
A este respecto, Omeñaca y Ruiz (2005) sintetizan que los juegos cooperativos sirven como medio para explorar y buscar diferentes soluciones en un entorno sin presiones. Es un marco propicio para que se den relaciones empáticas entre sus participantes. La importancia recae más en el proceso que al producto final. En este tipo de juego se pueden dar errores ya que forma parte del juego, y serán los compañeros los encargados de proporcionar feedback para superar dichos problemas. El éxito del compañero no significa nuestro fracaso, sino que resulta ser un beneficio para el resto de participantes. Además, la comunicación es factor esencial así como la ayuda entre los participantes.
- Inclusivos
La inclusión del alumnado en el juego no sólo corresponde al hecho de favorecer al alumnado menos participativo o al alumnado que presenta alguna necesidad específica de apoyo educativo, sino que es el propio juego el que permite que cada niño se sienta implicado dentro del mismo, ya que este dispondrá de los elementos suficientes para que el alumnado pueda sentirse partícipe del mismo.
- Sociales
El juego recobra importancia ya que sirve como instrumento socializador. Donde las relaciones entre iguales se aúnan con el fin de conseguir unos objetivos comunes. Por tanto, es sinónimo de sociedad e inmersión cultural, ya que proporciona muchas ocasiones de interacción con iguales, trabajando, con ello, las habilidades sociales, ya que con el juego el niño tiene que regirse a través de unas reglas, de este modo, va a asimilando el concepto de normas y reglas que la sociedad va imponiendo a lo largo de su vida.
- Coeducativos
Al hablar de coeducación nos referimos al planteamiento de los valores del juego hacia la igualdad de oportunidades y derechos. Es por ello que deben partir de la eliminación de actitudes sexistas y violentas. Para que un juego sea coeducativo es necesario que contenga los siguientes parámetros: ser heterogéneo, ser cooperativo, tener las mimas reglas para todos, velar por una participación igualitaria y no afrontar roles estereotipados.
- Activos
Por juego activo entendemos todos aquellos juegos que comparten tiempo dos o más personas, donde se interactúa físicamente y cognitivamente. Estos han de evitar la eliminación de cualquier participante o la ausencia momentánea de los mismos, de modo que la participación global sea el foco del juego.
- Libres
Cuanto más estructurado está el juego, es menos juego. En este sentido, un juego libre es aquél que dentro de un contexto proporcionado, es el niño quién decide cómo, qué y con quién quiere jugar, estableciendo sus propias reglas y eligiendo los materiales deseados entre aquellos proporcionados.
- Propuestas
Para desarrollar una buena dinamización de nuestros patios y recreos se requiere, en primer lugar, de una intervención docente. Esta intervención debe seguir una progresión para su propuesta siempre desde una perspectiva lúdica, didáctica e inclusiva.
Dicha progresión podría presentar la siguiente estructura:
- Plantear diferentes juegos recogidos por zonas, donde los juegos reúnan los anteriores requisitos descritos. Debe presentarse el juego, así como el material y la información que lo identifica de diversas formas (visual, escrito, gráfico), de manera que todo el alumnado tenga acceso al juego.
- Observar a través de registros las zonas de intervención en el patio, con el fin de establecer un análisis crítico sobre cómo se juega, quiénes juegan y la forma en que el alumnado juega. En el caso de detectar situaciones no deseadas, debemos conocer su origen y, en este caso, replantear el juego propuesto o la dinámica planteada.
- Establecer un calendario de juegos por cursos, donde el alumnado conozca los días y juegos que le corresponden. Así mismo, los docentes pueden plantear su propio calendario correspondiente en función de los turnos de vigilancia de recreo, para poder supervisar y resolver diversas situaciones (dudas, inquietudes…).
- Evaluar los diferentes juegos y acciones que se dan en ellos, así como los elementos que componen dicho juego: material, espacio, reglas, tiempos, participantes, etc.
Cabe destacar que este planteamiento dependerá del contexto y realidad que vive cada escuela, lo que no cabe duda es de la necesidad de crear un ocio activo para el alumnado.
El juego tradicional como propuesta
Los juegos tradicionales son aquellos que se han transmitido de generación en generación. Las posibilidades que ofrecen los juegos tradicionales son múltiples, ya que son de fácil adaptación a cualquier contexto y de rápida asimilación, calando entre la mayoría de quienes lo practican por primera vez.
En primer lugar, son practicados simplemente por el hecho del placer por jugar, siendo sus participantes quienes deciden cuándo, dónde y cómo jugar, de modo que responden cubriendo las necesidades más básicas.
En segundo lugar, están escasamente reglados siendo de fácil comprensión, memorización y seguimiento, puesto que no requieren de mucho material y son flexibles en cuanto a organización y espacios.
Por último, son abiertos para todos, fáciles de compartir y resultan motivantes por el hecho de estar jugando a lo que jugaban sus generaciones anteriores. Por tanto, se generan nuevos ligamentos que acercan a las familias y otras culturas, además de favorecer la comprensión y el entendimiento del sentir del alumno.
El juego es por tanto una herramienta indispensable para el aprendizaje y desarrollo en distintos niveles (cognitivo, fisiológico, social y motriz). El alumnado aprende de manera lúdica y motivante, que en ocasiones, por falta de recursos y tiempo, el juego se ausenta del ámbito escolar.
No existe un único planteamiento que ofrezca respuestas sobre qué juegos son los más acertados, pues esto va a depender de numerosos factores. En cambio, lo que si resulta evidente es una intervención que parte del sentido común, de forma que se interiorice la necesidad de plantear juegos dinámicos que nos permitan a los docentes desechar las situaciones de conflicto, desigualdad y segregación que hay en los centro en los tiempos de recreo.
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