Resumen: La idea de crear huertos escolares nace de la necesidad de integrar aspectos culturales y ambientales en las escuelas. En este artículo se muestra una propuesta para la creación de uno de ellos. Dicha propuesta pretende convertirse en una estrategia pedagógica cuyos elementos vertebradores sean la curiosidad, la investigación y la educación ambiental a través de una actividad lúdica saludable que despierte la conciencia y las relaciones interpersonales.
Palabras clave: Educación ambiental; Educación para la salud; Huerto escolar; Investigación.
Abstract: The idea of creating school gardens was born out of the necessity of integrating both cultural and environmental aspects on schools. On this paper, a proposal is made to create one. This proposal aims to be a pedagogical strategy based on curiosity, research and environmental education through a healthy and recreational activity that promotes social conscience and relationships.
Keywords: Environmental education; Health education; School garden; Research.
HUERTO ESCOLAR COMO ACTIVIDAD SALUDABLE
El Huerto Escolar como actividad saludable #CEdRevistaDigitalDocente Share on XÍndice de contenidos
Conceptualización
Se denomina huerto al espacio específicamente diseñado para el cultivo de vegetales y hortalizas de distintos tipos. Tanto en términos de tamaño, clases de cultivo, tipo de riego o sistema de trabajo, el huerto puede ser muy variado y diferente. Por su parte, un huerto escolar es una actividad que se puede desarrollar en los centros educativos y que repercute positivamente en los alumnos que se encargan de cultivar en estos, siendo en muchas ocasiones utilizados como centro de actividades para fomentar la concienciación con el medio ambiente. La idea de crear huertas para fomentar la investigación en los estudiantes es una estrategia que abarca varios ámbitos, contribuyendo al medio ambiente y a su vez ayudando al desarrollo intelectual de los estudiantes (Zabalza, 1998).
La creación y expansión de los huertos escolares y su inclusión en las programaciones y currículos permite una adecuada convergencia entre la formación mediada puramente tecnológica e innovadora y aquella que requiere enriquecer el bagaje del alumnado a través de un aprendizaje real y de la vida cotidiana.
La incorporación de los huertos escolares en los centros educativos supone un importante desafío al sistema, ya que congrega a docentes y alumnos para redefinir algunos aspectos tan fundamentales como la innovación educativa hacia la sostenibilidad.
El huerto escolar ha de entenderse como un recurso pedagógico que facilita la aproximación del alumnado al entorno natural mediante el diseño de experiencias que contribuirán al desarrollo de competencias para el día a día. El trabajo del huerto escolar facilita el desarrollo de una práctica educativa y un aprendizaje significativo, siempre y cuando contemple las siguientes tres dimensiones (Botella, Hurtado y Cantó, 2014):
- Educar en el medio, a través de la investigación y la resolución de problemas que afectan al entorno cercano de las problemáticas globales.
- Educar sobre el medio, mediante un sistema ecológico que tenga en cuenta los elementos que los conforma, los cambios que sufre, la organización y la interdependencia de los sistemas.
- Educar en favor del medio, impulsando una serie de valores y actitudes necesarios para promover un cambio hacía la conciencia y respeto por el entorno natural.
El huerto escolar constituye un escenario privilegiado para una educación comprometida con la transición hacia modelos sociales más justos y sistemas ambientales capaces de regeneración productiva (Larrosa, 2013).
Contextualización
La propuesta del huerto escolar surge a raíz de la idea de fomentar en el alumnado y en la comunidad educativa la investigación, partiendo de una actividad lúdica que se apoye en un contexto cercano y real. Para ello se diseñan estrategias que fomenten la investigación sobre aspectos sostenibles y de cuidado sobre el medio natural mediante la creación de una huerta en el centro escolar.
A través del huerto escolar no sólo se busca rescatar la idea tradicional de la producción y el consumo de alimentos propios de la zona, sino dar a conocer la importancia del medio ambiente y su cuidado, de manera que se despierte una sensibilización y sentido de pertenencia frente a espacios naturales.
Toda propuesta debe recogerse dentro del proyecto educativo del centro escolar en el que se lleve a cabo. Uno de los aspectos fundamentales que ha de recoger es la finalidad del mismo. En esta línea, la finalidad que persigue esta propuesta es la formación integral del alumnado, en un espacio que propicie la relación entre iguales, desarrollando actitudes de respeto hacia las personas, la diversidad cultural y el medio ambiente, y fomentando hábitos saludables que favorezcan tanto su salud física como emocional.
Por tanto, el desarrollo de la propuesta se convierte en una alternativa innovadora para trabajar temáticas, talleres y actividades muy diversas. El huerto escolar se concibe como un espacio de investigación y comunicación que permita conocer a fondo la historia de una localidad, sus particularidades, desarrollar metodologías que atiendan a diferentes contextos como la propia vida y los intereses de sus participantes.
La historia de los huertos escolares supone la confluencia de una triple tradición: la educación medioambiental, los programas para la alimentación y nutrición, y los planteamientos de los movimientos de renovación pedagógica (Vera, 2015).
En definitiva, se pretende generar procesos de aprendizaje e integración, que atienda a la diversidad del alumnado, a través de las diferentes dimensiones del desarrollo humano en el marco del proceso educativo.
Beneficios del huerto escolar
Con la creación de huertos escolares se pretende lograr un trabajo cooperativo, basado en aprendizajes significativos.
Las actividades a realizar en los huertos facilitan la conexión de las diversas áreas del currículo, a saber: Ciencias Naturales, Ciencias Sociales, Lengua (castellana, inglesa, y francesa), Matemáticas, Educación Artística, Educación Física y con otras materias transversales: Educación Ambiental, Educación para la Salud, Educación para la Convivencia, entre otras.
En este sentido, la huerta escolar se convierte en un escenario privilegiado, para una educación que involucra modelos sociales más justos y sistemas ambientales que contribuyen a la generación productiva. Además, traen consigo múltiples ventajas, de las que podemos destacar:
- Los beneficios para la salud y la educación de los niños
- Los beneficiosos para el aprendizaje
- La mejora del entorno
- La mejora del entorno del propio centro
- Los beneficios para nuestro planeta y entorno natural
Desarrollo del planteamiento estratégico
Un huerto escolar es una fuente de motivación para que los escolares planifiquen, colaboren, tomen decisiones y asuman responsabilidades individuales y colectivas. Para tal fin, es necesario el planteamiento de una serie de líneas estratégicas de intervención, como son:
- Desarrollar contenidos curriculares específicos y facilitar su conexión con materias transversales (educación ambiental, para la salud, para la convivencia…), de forma que atraviese todo el proyecto educativo del centro.
- Promover el trabajo en equipo, motivando y movilizando a toda la comunidad educativa, hacia una tarea común.
- Establecer una relación entre la teoría y la práctica, posibilitando un aprendizaje vivencial y significativo, que permita adquirir hábitos saludables en armonía con los recursos naturales, culturales y sociales.
- Fomentar el trabajo cooperativo y la cultura emprendedora para que los escolares aprendan a generar proyectos, planificar, esforzarse y obtener resultados en forma organizada.
- Favorecer el proceso de enseñanza-aprendizaje con niños que presentan discapacidades y/o dificultades en el aprendizaje, conducta, integración y comunicación.
Del mismo modo, la creación de un huerto en la escuela debe perseguir unos objetivos generales muy concretos, como podrían ser:
En relación al alumnado:
- Potenciar y favorecer el desarrollo personal, así como sus capacidades de socialización y autonomía.
- Profundizar en aspectos relativos a la convivencia, desarrollando actitudes de cooperación, respeto, tolerancia, participación y colaboración en grupo.
- Adquirir hábitos de higiene, salud, limpieza y orden, derivados del respeto a las normas de comportamiento que contribuyen al bienestar personal.
- Disfrutar de la convivencia y la socialización entre compañeros
- Aplicar metodologías innovadoras y de compensación educativa.
- Desarrollar las competencias educativas básicas.
En relación al profesorado:
- Coordinar esfuerzos para diseñar una planificación que preste atención preferente a la innovación educativa en ámbitos metodológicos y didácticos.
- Favorecer la adquisición y el desarrollo de las competencias del alumnado de forma integral.
- Desarrollar un proyecto de innovación educativa que favorezca la investigación, participando en aquellas actividades de formación que permitan el avance en el campo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).
- Garantizar el normal desarrollo de las actividades programadas, teniendo en cuenta la atención personalizada a la diversidad del alumnado y la participación de todos los sectores de la comunidad escolar.
- Participar activamente en las distintas actividades programadas.
- Ofertar a los profesores de otros centros educativos materiales e ideas susceptibles de ser utilizados en sus centros de origen e intercambios.
Propuesta y desarrollo
El desarrollo de dicha propuesta debe atender a una metodología muy concreta, lo que supone referirse a las estrategias que utiliza el profesorado para coordinar y dirigir el aprendizaje de sus alumnos con el fin de conseguir que desarrollen sus capacidades y logren sus objetivos.
La metodología que se plantea en la propuesta es la aplicación de un modelo de intervención activa, donde el alumnado es el protagonista de su propio aprendizaje, vivenciando en primera persona de manera que pueda extrapolar los conocimientos aprendidos y trasladarlos a otros ámbitos de experiencia. Esto supone un aprendizaje motivador, ya que parte de la base de sus conocimientos previos para construir otros más complejos.
En cuanto al lugar y zona donde puede establecerse el huerto, se debe tener en cuenta el terreno seleccionado, la cantidad de luz que se pueda aprovechar y evitar la entrada de animales que puedan causar daños en el espacio a desarrollar. Los huertos también se aprovechan como espacios o zonas verdes que contribuirán a darle un mejor aspecto al centro escolar.
Los huertos se deben elaborar en un lugar cercano a la escuela, donde los factores climáticos sean favorables y el espacio sea suficiente para el desarrollo de los cultivos (Morán, 2011).
Al seleccionar las actividades, éstas deben seguir una estrecha concordancia con los contenidos, objetivos y metodología que tiene el proyecto. Además se deben seleccionar aquellas que sean atractivas y motivadoras para toda la comunidad educativa.
A continuación, se exponen las fases que componen la propuesta, así como algunas de las posibles actividades planteadas para la misma:
FASE I
- Creación y planteamiento de un blog o web del huerto.
- Elaboración del Proyecto de actuación en el huerto.
- Delimitación de la zona escogida y acondicionamiento de la misma.
- Trabajos de jardinería y fontanería para la preparación del huerto.
- Taller para profesores: preparación de semilleros para los cultivos de temporada.
- Trabajo con alumnos en el huerto: limpieza de las jardineras, conocimiento de las herramientas, toma de mediciones y planificación de la plantación de los cultivos de la temporada.
FASE II
- Plantación de los cultivos y elaboración de cronograma de cuidados.
- Actividades de observación, recolección y mantenimiento del
- Seminario sobre huertos escolares en otros centros de la localidad.
- Actividades de inicio del huerto de la siguiente estación (abonar, preparación del terreno del huerto…)
- Plantación en el huerto y riego.
- Realización del día del desayuno saludable.
- Preparación de productos naturales: compotas, remedios caseros, mermeladas.
- Actividades relacionadas con el proyecto: talleres de cuentos, de cocina, de fotografía.
- Exposición de los talleres y actividades en otros contextos (escuelas, seminarios, museos locales…).
- Recogida de información y subida de materiales al blog: fotos, videos, dibujos.
FASE III
- Preparación del huerto para la siguiente temporada (limpieza).
- Observación de plagas y enfermedades en las plantas.
- Elaboración de compost.
- Recolección de los productos del huerto.
- Limpieza de malas hiervas.
- Taller: Reciclaje creativo en el Huerto Escolar
- Recolección de los productos del huerto.
- Subida de materiales al blog: fotos, videos, dibujos.
Evaluación del proceso
A la hora de evaluar los resultados de cada actividad, se emplea la observación y valoración de los resultados, así como el grado de entusiasmo y satisfacción que produce en los alumnos. Para poder llevar a cabo una evaluación sistemática, se utilizan los criterios de evaluación, donde al final de cada trimestre se comprueba en qué medida se van alcanzando, utilizando como instrumento la rúbrica, y cuestionarios con el fin de poder establecer correcciones que permitan mejorar la actividad.
Alguno de los indicadores que se evalúan tiene relación con:
- Nivel de motivación y participación de los alumnos
- Nivel de consecución de los objetivos propuestos
- Número de aportaciones creativas
- Incidencia de la actividad en las diversas áreas curriculares
- Seguimiento del alumnado en su Cuaderno de Huerto, así como el cuidado, la limpieza y el orden del mismo
- Nivel de organización y dotación de recursos materiales y humanos
- Actitudes de disfrute, respeto y amor hacia el huerto escolar
- Nivel de cooperación entre los miembros que desarrollan las tareas
- Refuerzo de valores medioambientales
- Compromiso con la naturaleza, la ecología y el medio ambiente
Además, con objeto de tener una valoración general, de maneta cuantitativa es interesante pasar un cuestionario con preguntas que determinen el nivel de logro de los objetivos y el grado de satisfacción de la comunidad escolar.
Estos resultados permiten obtener unas conclusiones cualitativas a través de la interpretación de las cuestiones abiertas y de tipo subjetivo, así como unas conclusiones cuantitativas valorando las respuestas a cuestiones cerradas en forma de indicadores que se puedan valorar el desarrollo de las actividades que se realizan en el huerto con el fin de mejorar futuras prácticas.
El alumnado es el gran protagonista de la creación, mantenimiento y desarrollo del huerto escolar, y como tal, debe acoger el proyecto con entusiasmo. La participación y el impacto socioeducativo, no sólo de alumnos y profesores, sino de toda la comunidad, así como del entorno social, pueden aumentar de manera significativa, repercutiendo en el clima social y la cultura educativa de la comunidad.
Gracias a la cultura del huerto escolar se pueden transformar espacios baldíos y desaprovechados en proyectos comunes y cooperativos, contando con la participación activa de diversas personas y colectivos, como son:
- Profesores de otras etapas o especialidades, que sumen el reto y están de acuerdo en implicarse en la puesta en práctica del mismo, colaborando con los profesores participantes en el diseño y desarrollo.
- El Consejo Escolar, que aprueba la creación del huerto y lo incluye en el Proyecto de Centro.
- El Comedor escolar, que colabora en algunas actividades de elaboración de platos y recetas con productos del huerto.
- El Ayuntamiento, con el personal de la concejalía que ayuda en tareas del huerto escolar, especialmente en la preparación de la tierra y la limpieza de las infraestructuras.
- Los padres y madres de alumnos que colaboran aportando abonos naturales, herramientas, semillas e incluso ayuda voluntaria.
Por último, es esencial en el desarrollo de cualquier propuesta educativa la difusión de la misma. Esta herramienta permite hacer de gancho a la comunidad educativa para la implicación de sus miembros. De este modo, el alcance a través de las redes sociales, de los blogs, de congresos y seminarios científicos, así como de la prensa y la radio permitirán no sólo visualizar el empaque y valor educativo de la creación de un huerto escolar sino, también, diseminar la cultura de la sostenibilidad en la sociedad.
Fomentar la investigación a través de la creación de la huerta escolar permite al alumnado adquirir competencias básicas de indagación y descubrimiento mediante los recursos propios de un contexto determinado, explorando, identificando y participando en las actividades lúdicopedagógicas.
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