Educación intergeneracional

Observando los cambios de las sociedades contemporáneas, donde los roles familiares son compartidos por muchos miembros, surge la necesidad de reflexionar acerca de una propuesta que podemos llamar “Escuela de abuelos”, basándonos en los modelos de las “Escuelas de padres” tradicionales, pues cada vez son más los padres que, por diversos motivos (sobre todo laborales) se ven obligados a dejar a los niños pasar más tiempo con sus abuelos.

Es así como nace la propuesta de una educación intergeneracional basada en el valor que aportan estos miembros de la familia, junto a las circunstancias que hacen de su participación en la vida educativa de los niños algo casi inevitable.

LAS ESCUELAS DE ABUELOS

Justificación de la propuesta

Hoy en día, los abuelos son uno de los principales apoyos para los padres que trabajan fuera de casa. La incorporación de la mujer a la vida laboral, las nuevas axiologías en la sociedad o la proliferación de modelos familiares distintos a la familia nuclear tradicional han hecho que los progenitores tengan que contar con ayudas externas a la propia estructura paternal, sobre todo mientras éstos trabajan. Esta situación suele derivar en el reclamo de ayuda de la figura de los abuelos.

Partiendo de la base de que los niños pasan la mayor parte del tiempo con los abuelos podemos presuponer que éstos andan, en la mayor parte de las ocasiones, algo desorientados en cuanto al tipo de educación que han de proporcionar a los nietos, sin saber cuáles son los métodos más apropiados. Por ello, desde los centros educativos se ha de intentar dar una respuesta ante esa necesidad clave de formación, ante lo cual surgen las Escuelas de Abuelos.

El valor social y educativo de la propuesta

Con esta propuesta se trata de ofrecer a los abuelos mayores recursos de acción para poder encauzar, de la mejor de las maneras, los procesos formativos que han de llevar a cabo con sus nietos dentro de un aprendizaje tanto formal como no formal.

La participación de los padres en la vida de la escuela es una cuestión relativamente reciente en nuestro sistema educativo. Hasta hace no mucho se creía que la responsabilidad de la educación de los niños recaía exclusivamente en la escuela, dando lugar a una separación radical entre ambas para pasar, posteriormente, a considerar que la responsabilidad se le adjudicaba a la familia, sobre todo tratándose de los niños más pequeños. Finalmente, se consiguió llegar a un consenso en donde se velaba por una educación y responsabilidades compartidas. La escuela y la familia son las dos grandes instituciones educativas de las que disponen los niños para construirse como ciudadanos con lo cual, ni la escuela por una parte ni tampoco la familia por otra pueden desempeñar dicha función de manera aislada y diferenciada la una de la otra (De León, 2011).

Así, los cambios sociológicos que anunciábamos anteriormente junto a las nuevas aportaciones de la psicología y la sociología han contribuido a extender la idea de que la familia se extiende a algo más que solamente a los padres. Se trata, por tanto, de abogar por la mejora de las condiciones de la infancia y adolescencia, a través de la participación de la familia (cualquiera de sus miembros) en los centros escolares, y en los organismos y entidades de nuestra estructura social democrática.

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Finalidad y beneficios de las Escuelas de Abuelos

Está claro que para definir los objetivos que perseguiríamos con la instauración de una Escuela de Abuelos habría que analizar el contexto donde se van a desarrollar, pero en líneas generales podrían establecerse los siguientes:

• Dotar a los abuelos de recursos y habilidades que les posibiliten intervenir en el crecimiento integral de sus nietos.
• Implicar a los abuelos en actividades de apoyo, aprendizaje y orientación de sus nietos.
• Formar a los abuelos en aquellos temas que más le interesan y preocupan en relación a la educación del alumnado.
• Promover la reflexión de los abuelos sobre los modelos educativos, favoreciendo los cambios necesarios orientados a la mejora.
• Propiciar el aprendizaje de nuevas estrategias educativas y de relación con sus nietos.
• Compartir dudas y experiencias entre los abuelos participantes.
• Ofrecer atención socioeducativa de carácter no formal, facilitando un marco de convivencia saludable.

Para la puesta en marcha de actividades especialmente diseñadas para potenciar el papel de las familias en el aprendizaje de los jóvenes, y en concreto de los abuelos, habríamos de plantearnos varias cuestiones: ¿Cuál es el papel que juegan los abuelos en la educación de los nietos? ¿Qué aportan los abuelos al rendimiento y a la motivación de los alumnos? ¿Por qué unas familias son más capaces que otras de enfrentar contratiempos o superar obstáculos y ven las dificultades de la vida de manera diferente?

Prácticas para iniciar las Escuelas de Abuelos

Algunas de las prácticas que podrían desarrollarse en los centros para comenzar con la Escuela de Abuelos podrían ser:

• Talleres de juegos y juguetes: Donde los abuelos enseñarían juegos y juguetes de su época y se realizarían variadas manualidades.
• Charlas del Equipo de Orientación del centro: Donde tratar temas como:
  • El papel de los abuelos: ¿Cuidadores o educadores?
  • Principales técnicas de modificación y reforzamiento de conductas
  • La comunicación: aspecto fundamental en las relaciones
• Jornadas de animación a la lectura: En las que los abuelos pudieran ejercer de cuentacuentos con los niños y viceversa.

El artículo Educación Intergeneracional. El papel de las escuelas de abuelos en la educación forma parte del Número 3 de Campus Educación Revista Digital Docente, un proyecto destinado a la divulgación de publicaciones de carácter educativo que permite la difusión del conocimiento y pretende el enriquecimiento de toda la comunidad educativa.