Cómo trabajar la Inteligencia Emocional

Resumen: Trabajar la inteligencia emocional en la educación primaria se ha convertido en una necesidad para que el alumno sea educado de forma integral, pues los alumnos deben aprender a identificar sus emociones y las de los demás, así como saber gestionarlas. Para poder hacer esto en el área de lengua extranjera (inglés) se requerirá una metodología de corte práctico y una serie de recursos motivadores tales como películas, libros, motivos decorativos específicos o redistribución del espacio y el tiempo escolar.

Palabras clave: Inglés; Inteligencia Emocional; Educación Primaria.

Abstract: Working emotional intelligence in primary education has become a must if we want the student to receive an integral education, as students must learn to identify both their emotions and others and learn how to manage them. To this end, we’re going to require a practical approach and motivational resources such as films, books, related decorations for the classroom or a rearrangement of school time and space.

Keywords: English; Emotional Intelligence; Primary Education.

CÓMO TRABAJAR LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

Antecedentes

Salovey y Mayer (1990) ya esbozaron las primeras bases sobre lo que hoy día reconocemos como Inteligencia Emocional, y nadie pudo imaginar la repercusión que llegaría a alcanzar este término en el mundo académico (Goleman, 1996).

La Inteligencia Emocional se ha insertado como una necesidad más en el sistema educativo y no como una moda pasajera, pero tanto en nuestro país como de forma internacional encontramos, de forma generalizada, una gran carencia de recursos y estrategias para trabajarla, y especialmente en áreas tales como la enseñanza de las lenguas extranjeras.

Repercusión normativa

Los alumnos constituyen un gran grupo heterogéneo que muestra distintas necesidades, inquietudes y preferencias. Cada alumno en particular representa una dimensión única, y todos y cada uno de ellos debe ser tenido en cuenta dentro de su respetable individualidad para educarlos de forma de integral.

De entre las múltiples dimensiones, o planos, que conforman a cada educando nos encontramos con la dimensión más valorativa, afectiva o emocional, la cual se merece una consideración similar al resto, o inclusive mayor, debido a la repercusión de ésta sobre las otras.

Así, la legislación educativa vigente establece que las Administraciones educativas dispondrán los medios necesarios para que todo el alumnado alcance el máximo desarrollo personal, intelectual, social y emocional (LOMCE, 2013), además de que el currículo de Educación Primaria nos dice claramente que equilibrio afectivo y aprendizaje van unidos, fortaleciéndose mutuamente (Real Decreto 126/2014, de 28 de febrero), y establece 3 competencias que pueden ser relacionadas directamente con la Inteligencia Emocional: las Competencias Sociales y Cívicas, la competencia Aprender a Aprender, y la competencia Sentido de la iniciativa y Espíritu emprendedor.

Educación emocional básica

Un estado emocional negativo provoca falta de actitud y motivación en el alumno así como dificultades para relacionarse de forma saludable con sus pares y otras personas de su entorno. Muchos adolescentes demuestran su actual “analfabetismo emocional” (Goleman, 1996) a través de conductas desadaptativas observables (Bisquerra, 2003) como por ejemplo el consumo excesivo de alcohol, consumo de drogas, absentismo escolar, violencia de género, suicidios, bullying y ciberbullying… Una educación integral facilita al alumno la adaptación a la vida social, laboral y familiar. Por ello, la Inteligencia Emocional debe trabajarse de forma transversal a lo largo de, al menos, toda la educación básica: en Educación Infantil, Educación Primaria y Educación Secundaria Obligatoria.

Conceptualización del término

La Inteligencia Emocional es aquella que nos permite identificar, nombrar y autorregular nuestros sentimientos y emociones, y reconocer y comprender las de los demás (Goleman, 1995).

Esta inteligencia se divide, a su vez, en cinco componentes principales:

• autoconciencia,
• autorregulación,
• automotivación,
• empatía y
• habilidades sociales

Por otro lado, Howard Gardner ha acuñado también este término asociándolo a dos de las distintas Inteligencias Múltiples que él mismo formuló: la interpersonal y la intrapersonal (2005), por lo que incluye otros tres componentes más:

• autodisciplina,
• autocomprensión y
• autoestima

Claves metodológicas para el aula de Inglés

La metodología a seguir para trabajar en el aula este tipo de inteligencia girará en torno a 3 puntos clave: el clima, el trabajo cooperativo y la reflexión.

Respecto al clima es imprescindible que en el clase haya un ambiente de seguridad y confianza para que los alumnos se comuniquen en otra lengua extranjera, haciendo que la escuela sea un lugar adonde al alumnado le apetezca ir (Bona, 2015), sin sentir reparos en las actividades que en ella ha de desempeñar.

Los posibles errores que cometan en su comunicación inglesa deben ser corregidos de una manera natural y sin que esto suponga ansiedad alguna para ellos. También es importante que se den oportunidades suficientes y tiempo de margen para pensar respuestas, subsanar errores o realizar actividades diferentes, así se sentirán más cómodos y sin presiones, lo que propiciará el refuerzo de su autoestima.

El trabajo cooperativo hará que los alumnos practiquen las habilidades sociales y la empatía a la hora de desarrollar el trabajo con otros compañeros, la puesta en común de conocimientos e ideas, la planificación y el reparto de tareas. También se trabajará la autodisciplina y automotivación con aquellas partes en las que el alumno deba trabajar de forma individual para su propio interés y el del grupo.

Finalmente, y de forma frecuente, es conveniente realizar ejercicios de reflexión al comenzar la clase, al acabarla o tras realizar algunas actividades individuales o grupales. En estas reflexiones hay que procurar que los alumnos identifiquen sus emociones, cómo se han sentido, en qué momento se han sentido contentos o estresados y por qué, con quién y por qué… Todo esto les ayudará a gestionar mejor sus emociones y comprender las de los demás.

Ejemplos prácticos según la edad de los discentes

Para poder llevar a cabo esta metodología basada en el clima, la confianza y la reflexión, se presentan los siguientes recursos, adaptables a cada etapa educativa:

• Role-playing: Con esta actividad se puede aprender a resolver conflictos mediante la práctica de la empatía, las habilidades sociales y la autorregulación emocional. Para ello podemos usar marionetas o títeres con los más pequeños, o valernos de la actuación, el drama y el teatro con alumnado de mayor edad.
• Literatura específica: Existen multitud de referencias bibliográficas trabajar muchos constructos pertenecientes a la Inteligencia Emocional:
• Para las emociones:
  • The colour monster, de Anna Llenas
  • The feelings book, de Todd Parr
  • The huge bag of worries, de Virginia Ironside

• Para las habilidades sociales:
  • Bear and Hare, mine!, de Emily Gravett
  • The rainbow fish, de Marcus Pfister
  • Do you want to be my friend?, de Eric Carle

• Para la autorregulación emocional:
  • A deep breath, de Sue Graves
  • Happiness doesn`t come from Headstands, de Tamara Levitt
  • Learn to listen, de Howard Binkow.

• Películas: Existe una gran variedad de películas pero podemos nombrar, entre otras:
  • Inside Out (2015), para identificar las emociones
  • Monster Inc. (2001), para trabajar el miedo
  • Wall-e (2008), para trabajar el lenguaje no verbal
  • How to train your dragon (2010), para trabajar la amistad y el progreso de uno mismo
  • Frozen (2013), para trabajar la importancia de la comunicación y la gestión de las emociones

• Elementos decorativos: Puede hacerse uso del espacio y las instalaciones que se usan a diario por los alumnos para trabajar y reforzar muchos conceptos: disposición por grupos de los alumnos para fomentar el trabajo en equipo, poster motivacionales, recordatorios de logros alcanzados, calendarios de emociones para poder indicar cada día cómo se sienten los alumnos, etc.

En definitiva, trabajar la Inteligencia Emocional es un compromiso que debemos cumplir como maestros en todas las áreas, incluido el Inglés como lengua extranjera. Para ello es esencial practicar una metodología en el aula que propicie la educación emocional, la cual debe girar en torno a un clima seguro que propicie la autoestima de los alumnos, la reflexión y el trabajo cooperativo como herramienta básica.

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Artículo completo

El artículo Cómo trabajar la Inteligencia Emocional. Estrategias y recursos transversales para el área de Inglés forma parte del número 11 de Campus Educación Revista Digital Docente un proyecto destinado a la divulgación de publicaciones de carácter educativo que permite la difusión del conocimiento y pretende el enriquecimiento de toda la comunidad educativa.

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