Aprendizaje Significativo y Constructivismo

Características y Metodologías

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Aprendizaje significativo y constructivismo

En el aprendizaje significativo el alumnado debe analizar, elaborar, manipular y construir para configurar su conocimiento. Este tipo de aprendizaje busca conectar con los intereses del estudiante, a la vez que promueve una práctica duradera. Así pues, Aprendizaje Significativo y Constructivismo se aúnan en una de las reflexiones más sobresalientes que apuestan por el cambio en la orientación de la educación.

Orientaciones educativas

Resulta innegable que se está produciendo un cambio en la orientación educativa, el cual está afectando tanto a los procesos de enseñanza como de aprendizaje. Entre los principales progresos que estamos viviendo nos interesa destacar la apreciación que a día de hoy está cobrando el aprendizaje significativo, enclavado en la corriente constructivista. Éste se aleja del aprendizaje tradicional y memorístico para favorecer otro tipo de experiencias educativas más cercanas a las inteligencias múltiples y a las diferentes formas individuales de aprendizaje.

El aprendizaje significativo hace posible que el alumnado desarrolle una serie de destrezas, habilidades, saberes aplicables… posibilitando que se conviertan en personas competentes, capaces de poner en práctica un contenido teórico en un contexto real. Es decir, el aprendizaje significativo viene a subrayar la necesidad de superar los muros de la escuela y apostar por un tipo de aprendizaje que dote a los estudiantes de herramientas útiles y duraderas para su vida ordinaria. De igual modo, el constructivismo aboga por el desarrollo competencial del alumnado. Esto se traducirá en el especial interés que los docentes deberán poner en los conocimientos o experiencias previas del grupo y en la situación del alumno como protagonista indiscutible de este proceso, bajo el amparo de un espíritu crítico y reflexivo.

Todo esto nos evoca a los cuatro saberes que ya mencionó DeLors[1], apoyando una formación integral del alumnado, no solo potenciado sus capacidades intelectuales, sino integrándolas en contextos sociales y experiencias con las que se pueden enfrentar fuera del sistema educativo.

[1]En 1996 la UNESCO emitió un Informe de la Comisión Internacional sobre la educación para el siglo XXI, presidida por Jacques Delors, titulado La educación encierra un tesoro. En este informe se hizo referencia a los cuatro pilares básicos de la educación: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a vivir juntos.

La presencia del modelo del aprendizaje significativo en los métodos didácticos

Si el aprendizaje significativo es un factor clave en el cambio de la educación, no es de extrañar que este modelo se refleje en las diferentes metodologías empeladas en el aula, las cuales apuestan por un aprendizaje constructivista y duradero. Díaz y Hernández (2010) apuntan a la idea de la construcción personal a través del aprendizaje, mencionando:

En realidad, enfrentamos una diversidad de posturas que pueden clasificarse como constructivistas, desde las cuales se indaga e interviene en el ámbito educativo, pero a la vez, se hacen planteamientos epistemológicos, se explican los procesos de desarrollo del psiquismo o la inteligencia.

Es de esta forma, continúan explicando, como la concepción constructivista de la educación estaría defendiendo que el objetivo último del sistema educativo es el de fomentar el crecimiento personal del estudiante, subrayando que el mecanismo idóneo para que el alumnado acceda a una experiencia de tipo constructivista no es examinar un corpus de epígrafes teóricos de contenido, sino poner en marcha mecanismos de saberes aplicables, de tareas, actividades y proyectos con los que cuya realización signifique adquirir el conocimiento epistemológico requerido.

Tabla 1. Relación del aprendizaje con actividades.
[extraído de Díaz, F. y Hernández, G. (2010)]

Veamos, ahora, algunos métodos que se basan en el modelo del aprendizaje significativo.

El Aprendizaje Basado en Proyectos y el Aprendizaje Basado en Problemas (ABP)

Lo primero que debemos aclarar es que existe una diferenciación evidente entre el Aprendizaje Basado en Proyectos y el Aprendizaje Basado en Problemas, aunque ambos compartan la misma sigla, es decir, ABP. Nos encontramos ante dos métodos que tienen muchos puntos en común, pero es necesario aclarar que el producto final de cada uno de ellos es diferente.

Ambos métodos de aprendizaje nacen de un modelo común de enseñanza: el de estrategias de investigación y resolución de tareas o, lo que es lo mismo, ambas plantean un reto que el alumnado debe resolver.

Si el Aprendizaje Basado en Proyectos busca que los estudiantes realicen un trabajo, plan o proyecto final para resolver el reto planteado, en base a sus propias investigaciones, el Aprendizaje Basado en Problemas buscará que los alumnos den una respuesta, una solución a cada uno de los retos planteados.

Como en ambos métodos es necesario que el alumno investigue y elabore respuestas, los dos están bajo el paraguas del aprendizaje significativo y el constructivismo.

Según Manzanares (2008), el Aprendizaje Basado en Problemas (y, ciertamente, el Basado en Proyectos) reúne una serie de características únicas en relación al constructivismo:

  • El aprendizaje está centrado en el alumno.
  • El aprendizaje se produce en pequeños grupos.
  • Los profesores son facilitadores o guías de este proceso.
  • Los problemas son el foco de organización y estímulo para el aprendizaje.
  • Los problemas son el vehículo para el desarrollo de habilidades de resolución de problemas.
  • La nueva información se adquiere a través del aprendizaje autodirigido

Si quisiéramos relacionar estas formas de aprendizaje con los cuatro saberes que indicaba DeLors, podríamos decir que el saber sería la competencia de tipo técnico; el saber hacer la competencia metodológica; el saber estar la competencia participativa; y el saber ser la competencia personal (Bejarano y Lirio, 2008).

Aprendizaje Cooperativo

Uno de los elementos fundamentales del aprendizaje significativo es su práctica interactiva. Es por ello por lo que ahora definiremos un método que tiene como aspecto principal la interacción: el aprendizaje cooperativo.

El aprendizaje tradicional, individual, mecánico, orienta al estudiante hacia una actitud egoísta, que deja en segundo plano la capacidad de contraste y la reflexión crítica (Serret et. al., 2016), siendo contrario a la coordinación con los otros, las operaciones conjuntas y la unificación de acciones para conseguir los mismos objetivos.

En las estrategias metodológicas basadas en el método del aprendizaje significativo los alumnos llegan a los conocimientos académicos esperados a través del trabajo en equipo.

De la mano de Ferreiro (2017), encontramos la relación entre trabajo cooperativo y constructivismo. Este autor expone que, desde una óptica filosófica, toda actividad humana, en su base, es social y, por tanto, grupal.

De esta manera, ofrece el siguiente dato: el sesenta por ciento de la vida humana se disfruta en compañía del grupo. Por tanto, la Humanidad se desenvuelve en un medio “natural-social”.

Así, subraya que el carácter social debe estar incluido en el aprendizaje, ya que las relaciones interpersonales suponen un punto de estimulación y motivación en pro del desarrollo del individuo[1].

En relación, de nuevo, al aprendizaje competencial y al alcance de las competencias que se nos indica desde el Informe DeSeCo[2], es interesante detenerse en las palabras de Echeita (2012), el cual aclara que, en consonancia con investigaciones psicopedagógicas, sólo es posible adquirir conocimiento y saberes aplicables a la vida, de manera profunda y duradera, cuando existe una implicación ante una actividad conjunta con el fin de concebir un producto significativo para cada miembro del equipo. Además, Echeita reconoce cinco condiciones básicas que sustentan el aprendizaje cooperativo:

  • Interdependencia positiva entre los participantes
  • Responsabilidad personal y rendimiento individual
  • Interacción promotora
  • Habilidades sociales
  • Evaluación periódica

Es de esta forma como descubrimos que a través de la cooperación se están trabajando valores transversales que pueden superar el contenido meramente académico de cualquier materia.

Por su parte, Más, Negro y Torrego (2012) desarrollan las diferentes fases para configurar los grupos de trabajo de aprendizaje cooperativo, las prácticas y actividades, así como las fases y la actuación del docente, lo cual puede servir, al menos, como punto de partida para instaurar este método de enseñanza en las aulas.

[1] El ser humano es un ser social por naturaleza, afirmación que ya sostuvo Aristóteles entre 384 y 322 a.C.

[2] Por parte de los países miembros de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), se elabora EN 2003 el informe DeSeCo (Definición y Selección de Competencias), intentando marcar un campo delimitado entre lo que se considera, y no, competencia, e identificando cuáles son las necesarias para llevar una vida personal y socialmente valiosa en un Estado democrático moderno.

Tabla 2. Fase, Profesor y Dinámicas.
[extraído de Más, Negro y Torrego (2012)]

 

Tras lo expuesto, podemos reafirmamos en el cambio tangible que se está experimentando en el mundo educativo, repleto de nuevas estrategias metodológicas, más innovadoras y lejanas de la típica enseñanza tradicional.

La mutabilidad de la educación persigue favorecer los procesos que realiza el sujeto que aprende para llegar a la construcción de su conocimiento. Ya no existe una única forma para aprender, teorías como la de las Inteligencias Múltiples nos afirman que cada individuo desarrolla diferentes formas de comprender el mundo y, lógicamente, esta es una baza con la que debemos contar dentro de las escuelas.

El aprendizaje significativo, visto como una forma de aprender que facilita que el alumno construya su conocimiento, estaría defendiendo la idea de las diferentes formas de aprender, es decir, de los diversos mecanismos individuales para la construcción de un producto. A su vez, este tipo de aprendizaje se sincroniza con los saberes aplicables: habilidades o destrezas que se ejecutan para conseguir una respuesta. No obstante, esta respuesta no es cerrada ni única, sino flexible y abierta a la diferentes formas de aprender. Por tanto, estamos hablando de un mecanismo que aboga por un aprendizaje duradero, que traspase los muros de la escuela y del sistema educativo y que dote al individuo de herramientas perdurables para su vida ordinaria.

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Bibiana Acosta Manganell
Bibiana es Graduada en Lengua y Literatura y posee el Máster en Formación del Profesorado y el Máster en Formación e Invención Literario-Teatral en el Contexto Europeo (Santa Cruz de Tenerife).