El valor educativo de la Historia del Arte

Resumen: La Historia del Arte, a menudo percibida como una asignatura complementaria en la Educación Secundaria y el Bachillerato, posee un valor educativo muy significativo. Este artículo argumenta la importancia de la Historia del Arte en el currículo, resaltando su capacidad para transmitir valores sociales, estéticos e históricos. Además, se analiza la evolución de su enseñanza en la era digital y se proponen diversas aplicaciones móviles que pueden enriquecer el aprendizaje de los estudiantes.

 

Palabras clave: Historia del Arte; Educación Secundaria; Bachillerato; Valores estéticos; Competencia Digital; Metolodologías activas.

 

Abstract: Art History, often perceived as a supplementary subject in secondary education and the baccalaureate, has a very significant educational value. This article argues for the importance of art history in the curriculum, highlighting its capacity for the transmission of social, aesthetic and historical values. In addition, it analyses the evolution of its teaching in the digital age and proposes various mobile applications that can be an enrichment for students’ learning.

 

Keywords: Art History; Secondary Education; Baccalaureate; Aesthetic Values; Digital Competence; Active Methodologies.

EL VALOR EDUCATIVO DE LA HISTORIA DEL ARTE

La Historia del Arte siempre ha estado vinculada y subordinada a la enseñanza de la Historia, lo que ha generado una percepción que lleva a muchos estudiantes a subestimar su valor intrínseco y su relevancia educativa. Sin embargo, esta disciplina posee una capacidad única para transmitir y reflejar valores sociales, estéticos e históricos esenciales para una formación integral. A través del estudio de las obras de arte, los estudiantes pueden comprender mejor las culturas pasadas y presentes, desarrollar su sensibilidad estética y fortalecer su apreciación del patrimonio cultural.

Este artículo analiza la importancia de la Historia del Arte en la educación actual, aborda las transformaciones que ha experimentado en la era digital y propone recomendaciones para mejorar su enseñanza, como el uso de aplicaciones móviles y recursos digitales que enriquecen la experiencia de aprendizaje.

¿Cuál es el papel de la asignatura de Historia del Arte en la educación hoy en día?

La Historia del Arte como materia en el nivel educativo de la ESO y de Bachillerato ha sido tratada siempre como una asignatura complementaria de la Historia. Es más, muchos de los alumnos ni siquiera la cursan si no escogen la modalidad de letras en Bachillerato. Esto hace que una gran parte de la población desconozca la materia y la vea como algo fácil y secundario que solo conocen los de “letras”. Sin embargo, el valor educativo de la Historia del Arte es muy elevado y en este breve artículo vamos argumentar el porqué.

Como defiende Gombrich (1995), nuestra civilización no es solo racional, también tiene valores sociales y estéticos, valores representados en la Historia del Arte. Estos valores tienen que llegar a la sociedad y tienen que estar en las bases de la educación, por ello es tan importante que la Historia del Arte sea una materia impartida para todos los alumnos, ya que les puede ayudar a entender mejor los diferentes valores de la sociedad y cómo han ido cambiando a lo largo de los siglos. Gracias al arte podemos conocer mejor las sociedades del pasado, hacernos una idea más clara de cómo eran las personas, los lugares, sus costumbres, vestimentas, formas de ocio, etc.

Del mismo modo, se puede argumentar que la Historia del Arte, las obras de arte y el patrimonio contribuyen a conservar y a conocer mejor el pasado. La función simbólica de las obras de arte ayuda a la sociedad a conocer mejor de dónde viene y a guardar su patrimonio. Además, este historiador del arte defiende que las obras de arte tienen dos funciones, la primera sería el ser objeto de contemplación y la segunda ser objeto histórico. Estas funciones no se podrían dar al mismo tiempo, aunque la puesta en escena de una obra de forma singular permitiría, en cierta manera, conciliar tanto la perspectiva histórica del arte como la perspectiva estética.

Otros expertos defienden que esto es algo que se debe de tener en cuenta por historiadores de arte y conservadores de museos, pero se podría ampliar también a los profesores, que tienen que ser capaces de integrar ambas funciones para que los alumnos aprendan de forma completa acerca de la Historia del Arte y de su capacidad de integrar tanto Historia como estética.

Se hace necesario aclarar que la Historia del Arte no solo se ocupa del arte propiamente dicho, sino que también tiene otros propósitos y es una herramienta para la sociedad. Según Botton y Armstrong (2013) el arte se ocupa de mucho más: ayuda a la memoria ya que rememora la experiencia, trae esperanza ante la desesperación, también ayuda a dignificar el dolor, a reequilibrar nuestra naturaleza, conocernos a nosotros mismos, ampliar nuestra experiencia y conocer otras culturas, así como nos ayuda a recuperar la sensibilidad.

Es por todo esto que tanto historiadores del arte como profesores han de aprender a enseñar esta materia de forma que los alumnos recuperen su sensibilidad, acercándolos a valores estéticos y logrando que se aproximen al arte con la convicción de que les va a enseñar una lección útil que les acompañará durante toda su vida.

Es fácilmente reconocible que la Historia del Arte es mucho más que una simple materia “segundona”. Es una materia que ayuda a crecer en valores y conocimientos a los estudiantes, que les dota de una nueva perspectiva para afrontar su día a día, que enriquece su cultura y les ayuda a conocer el pasado y a entenderlo desde otra visión. En definitiva, su relevancia es muy superior a lo que se suele creer y no debe de ser relegada a un segundo plano, sino que merece ser tenida en consideración y ser conocida y admirada por todos.

La Historia del Arte ayuda a conocer y comprender los sentimientos y los pensamientos, las realidades sociales y de género, la religión, las costumbres… sin ella, nuestro conocimiento del pasado estaría sesgado y no comprenderíamos ni conoceríamos muchas cosas que ahora sabemos gracias a esta disciplina.

Si hay algo que nos resulta complicado a los seres humanos es el hecho de poder expresar con palabras todo aquello que sentimos. Esto es algo que dominan los artistas desde hace siglos, son capaces de expresar en una escultura, cuadro o canción aquello que sienten y, de esta manera, lo comparten con el resto de personas.

Para Arnheim (1974), los humanos no somos capaces muchas veces de poner con palabras aquello que sentimos cuando vemos una obra de arte, ya que el lenguaje no expresa con exactitud lo que sentimos, aunque sí sirve para describir lo que percibimos (vemos, oímos…). Esto es algo que a la mayoría de seres humanos nos cuesta, porque no damos con la palabra que pueda describir con exactitud aquello que algo o alguien nos hace sentir.

Winckelmann (2006) defendía esto mismo, que ninguna descripción sustituye a la obra que se describe, ya que no hay un lenguaje equivalente que pueda expresar fielmente lo que nuestros ojos ven. Por ello, la historia del arte tiene una gran relevancia, ya que tiene el cometido de describir a través de la escritura una obra artística. Para ello, se debe de hacer un estudio que se basa principalmente en una descripción con gran detalle. El trabajo del historiador del arte es el de analizar a través de la expresión lingüística las características de una obra para que pueda percibirlas el lector. Este es un trabajo complejo que requiere de muy buenas capacidades de observación, expresión y utilización del lenguaje.

García (2016) afirma que los niños aprenden a partir de los relatos que les enseñan a conocer y a explicar su propio mundo. Con el paso del tiempo y conforme van creciendo, estos relatos se van haciendo más complejos, de esta manera se trasmite la cultura a través de la educación. Gracias a estos relatos, que se convierten en historias con el paso del tiempo, los humanos adquieren y amplían conocimientos. Esto explica la importancia de la narrativa, que es fundamental para la educación. La Historia del Arte recurre a la narrativa y al lenguaje explicativo para poder transmitir su conocimiento, así es como los estudiantes aprenden y conocen.

Como vemos, la Historia del Arte tiene una estrecha relación con la palabra y con la narrativa. Tanto la palabra como la imagen artística van de la mano en esta disciplina pues sin la primera, la segunda perdería parte de su explicación y sería más difícil llegar a una comprensión completa de lo que se observa. Por este motivo, la Historia del Arte ha desarrollado unas técnicas de observación y descripción muy complejas para poder llevar a cabo su función de una manera correcta.

Los docentes tienen que conseguir transmitir a partir de la palabra todo un mundo complejo de ideas e imágenes al alumnado. Es por ello que deben usar un lenguaje correcto y adecuado al nivel de sus alumnos, un lenguaje accesible y entendible que logre que aprendan e interioricen los contenidos. En esta tarea, pueden ver complementada su labor gracias a diveros recursos digitales y multimedia con los cuales los estudiantes puedan llegar a obtener un conocimiento más profundo sobre el tema de estudio.

¿Qué es lo que ha cambiado en los últimos años y cómo podemos mejorar en la forma de enseñar esta disciplina?

En los últimos años, destacamos la aceleración de la cultura digital, sobre todo a partir de la situación provocada por la pandemia, tras la cual los medios digitales aumentaron en presencia considerablemente. Desde ese momento, la relación entre imagen y palabra (algo crucial en la historia del arte) se ha transformado y evolucionado, afectando de esta manera en la percepción de los estudiantes y la proyección didáctica de la disciplina.

Es en este punto donde se plantea el análisis crítico y reflexivo de las obras de arte, especialmente en nuestra sociedad digital, donde la inmediatez y la superficialidad están a la orden del día. Surge la necesidad de actualizar y revisar estrategias didácticas para la enseñanza del arte, fomentando los valores como la creatividad, la estética, la historia, la ciudadanía y el patrimonio (Sánchez, 2022). Por todo ello, debemos destacar la importancia de adaptarse a los entornos digitales y evolucionar la enseñanza de la historia del arte al ritmo de éstos.

Además de lo anterior, también tenemos que prestar especial atención al lenguaje en la transmisión del conocimiento artístico y en la contemplación de las obras. La cultura digital nos puede ayudar a potenciar la enseñanza en plataformas y actualizar el lenguaje para hacer llegar a nuestros alumnos los conocimientos que necesitan en nuestra disciplina.

Queda claro que los docentes necesitamos adaptarnos a los cambios tecnológicos, aprender, conocer e integrar estos nuevos recursos educativos para enriquecer la historia del arte.

También es necesaria la reflexión sobre los nuevos iconos de la cultura visual y los discursos actuales sobre el arte. Los docentes deben preocuparse por mantenerse actualizados en este campo y transmitir a sus alumnos los nuevos enfoques, acercándose a su realidad y a su forma de relacionarse con el arte. En nuestra sociedad se ha producido una democratización del acceso al arte y debemos explorar en conjunto las nuevas interpretaciones sobre las obras artísticas (ya sean relacionadas con la arquitectura, la escultura o la pintura). El docente tendrá que trabajar, al mismo tiempo, la subjetividad interpretativa, los desafíos cognitivos y la saturación icónica (Prats, Sáez, y Barriga, 2020) mediante la interacción entre historiadores del arte, otros profesores y su grupo de alumnos.

¿Cuáles son las aplicaciones que el docente puede implementar con su alumnado para el trabajo de diverssas competencias y habilidades?

A continuación, procedemos a recomendar aplicaciones móviles para aprender historia del arte, con el objetivo de que puedan ser útiles para el alumnado de las etapas a las que nos referimos y puedan aprovecharlas para sacar el mayor partido, a la par, a la asignatura de historia del arte. Veremos, igualmente, algunas actividades para realizar con ellas, y una serie de competencias y habilidades que, además, se pueden adquirir.

Una aplicación muy interesante es Second Canvas Museo del Prado. El Museo Nacional del Prado ha desarrollado un contenido sobre algunas de sus obras más conocidas, explicando los detalles y datos más relevantes. Entre estas obras se encuentran, entre otras, obras tan importantes y representativas de la institución como Las Meninas o El jardín de las delicias.

Con esta aplicación es posible trabajar tanto la cultura artística (a través del conocimiento de obras y sus contextos) como la comprensión crítica. Se puede trabajar con ella proponiendo a la clase un análisis grupal, dividiendo a los alumnos en equipos y pidiéndoles que analicen una obra cada uno, presentando posteriormente su análisis al resto de la clase. También sirve para fomentar debates sobre diversos detalles de las obras y sus interpretaciones, lo que ayudará a desarrollar el pensamiento crítico. Con este tipo de metodología se trabaja, sobre todo, la competencia en conciencia y expresión culturales y la competencia de aprender a aprender.

Muy parecida a la anterior es Second Canvas Thyssen, la cual presenta imágenes de gran calidad y una explicación de cada una de las obras que se encuentran en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, donde encontramos a artistas como Pollock o Degas. A partir de esta aplicación también es factible el trabajo sobre  el pensamiento crítico y la cultura artística, explorando las distintas corrientes artísticas y los exponentes más representativos de cada una de ellas. Además, también se puede desarrollar la comparación y el contraste de los diversos estilos y las diferentes técnicas artísticas. Para trabajar en clase se pueden asignar a los alumnos distintas obras de artístas diversos bajo la premisa de compararlas y analizar los estilos y técnicas empeladas. Las competencias involucradas, en este caso, serían semejante a las del ejemplo anterior.

Art Authority es también una aplicación digital muy recomendable ya que ofrece una amplia colección de obras, expuestas en salas organizadas por periodos históricos y con una leyenda que proporciona información de cada cuadro. Con esta aplicación se puede trabajar la cultura general de los estudiantes a través del conocimiento de la evolución del arte a lo largo de la historia.  También se puede trabajar la organización y las técnicas de síntesis con la información que nos proporciona esta app sobre los artistas y sus obras. Como actividades posibles podemos citar: crear líneas de tiempo que sean llamativas y visuales, y que presenten la evolución del arte a lo largo de los siglos, o la propuesta de visitas virtuales mediante la aplicación y para proponer, posteriormente, debates en torno a las obras observadas.

La aplicación Artsy ofrece una variada colección de obras de más de 800 museos y ferias internacionales. Organiza su contenido en secciones según el tipo de arte y ofrece información detallada sobre la obra y su autor. Esta aplicación permite trabajar la apreciación a la diversidad cultural, presentada en las diversas expresiones artísticas globales. Además, permite desarrollar habilidades de investigación y análisis de fuentes. Por tanto, el alumnado tiene la oportunidad de verse involucrado en proyectos de investigación sobre diferentes museos o ferias, para que recabar información, organizarla y presentarla. Del mismo modo, se pueden fomentar diversas discusiones en clase, relacionadas con la relevancia de la difusión cultural. Esta aplicación permite adquirir la competencia en conciencia y expresión culturales.

Si queremos algo más relacionado con la gamificación para que resulte más entretenido a lo alumnos, podemos recurrir a Art Quiz, que plantea distintos cuestionarios para que los estudiantes pongan a prueba sus conocimientos sobre arte. De esta manera los alumnos conocerán de manera divertida a los grandes artistas y sus obras más conocidas. Esta aplicación permite reforzar el trabajo en memoria y retención a través de juegos, a la vez que se ejercita la competencia digital mediante el uso de herramientas digitales en un medio de aprendizaje interactivo. En clase se puede usar esta herramienta para organizar concursos o para repasar contenidos antes de una evaluación. Entre las competencias ejercitadas destaca la competencia personal, social y de aprender a aprender.

Por otro lado, Dailyart permite que los estudiantes conozcan una obra diferente cada día, acercándose poco a poco a la disciplina, autores, anécdotas y descripciones de las piezas. Es muy recomendable ya que puede ser motivante aprender algo nuevo cada día y los alumnos pueden convertirlo en un reto y diversión diaria. Esta aplicación es muy útil para fomentar la curiosidad y el interés de los estudiantes. Son muchas las actividades que a raíz de esto descubrimientso se pueden plantear, como la realización de un diario de clase en el que quede registrado y analizado la obra que aprendan diariamente. Además, se puede dedicar un rato en alguna sesión a compartir lo que cada alumno ha aprendido en los últimos días.

Para aquellos alumnos más curiosos e interesados por la materia, se recomienda Smartify, una aplicación que escanea las obras de arte y facilita información sobre ellas. De esta forma, los estudiantes resolverán sus dudas y conocerán obras que desconocían y que les generan interés. Con esta aplicación se puede trabajar en clase proporcionándoles un listado de obras para que trabajen de forma colaborativa, recabando información y presentándola en clase. Así, se fomenta el trabajo diario y la disciplina. También podemos organizar visitas a museos y utilizar esta Smartify para mejorar la experiencia. Desarrollaremos, principalmente, la competencia en conciencia y expresiones culturales.

Si se quiere trabajar más en profundidad la materia enfocada al aprendizaje de técnicas pictóricas, se puede recurrir a Prisma. Esta herramienta permite transformar fotografías en obras de arte utilizando diversidad de filtros y basándose en estilos de obras y artistas conocidos. Es una buena idea de generar curiosidad y explorar el camono de la creatividad. Pueden prepararse talleres en los que los estudiantes preparen sus propias obras de arte mediante el uso de esta aplicación y así, realizar proyectos artísticos en los que se integre la tecnología y el arte. Esta aplicación permite, fundamentalmente, el desarrollo de la competencia digital y la competencia en conciencia y expresión culturales.

Por último, si lo que se pretende es recomendar una referencia para que los estudiantes puedan acceder a una enciclopedia sobre el arte, podemos usar Google Arts and Culture, que proporciona información precisa y detallada. Esta app puede servir también para trabajar en clase como recurso de consulta o interactivo, ya que es una fuente de investigación para los alumnos. Puede llegara ser muy útil para la realización de proyectos de investigación mediante la búsqueda de recursos disponibles.

En definitiva, aunque hayamos mencionado unas pocas, hoy día existen múltiples herramientas digitales que poder conjugar en la asignatura de historia del arte para poder aprovecharla y sacar el máximo partido. Con este tipo de aplicaciones es posible trabajar las competencias clave a la vez que el alumnado valora el arte y desarrolla su gusto hacia él.

Aunque esta asignatura tenga un papel muy secundario en el currículo educativo actual, su relevancia y sus posibilidades son infinitas. Los docentes tienen la responsabilidad de actualizar su conocimiento y sus métodos pedagógicos para adaptarla a sus estudiantes y su forma de pensar, y con este artículo hemos intentando buscar la reflexiópn sobre este hecho y proporcionar, en consecuencia, algunos ejemplos de herramientas que poder aplicar para el trabajo de esta asignatura en clase.

El objetivo ha de ser, siempre, devolver su papel relevante a esta disciplina y atraer a los estudiantes de manera que encuentren interés en la materia y, al mismo tiempo, lo combinen con los cambios tecnológicos y digitales, actualizando su contenido y su forma de aprender.

Sin duda, hay mucho que trabajar y mucho sobre lo que pensar; no podemos permitir que las humanidades queden relegadas a un plano secundario y caigan en el olvido como si de una obra sin descubrir se tratara.

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