Resumen: Existen una serie de estrategias educativas destinadas al fomento de la cooperación, la igualdad y la inclusión del alumnado que se basan en un modelo dialógico de interacción entre los alumnos. Estas estrategias, como los grupos interactivos, reportan múltiples beneficios y cuentan con un gran respaldo científico, por lo que son aptas para desarrollar en cualquier contexto y etapa educativa.

 

Abstract: There are a series of educational strategies aimed at promoting cooperation, equality, and the inclusion of students that are based on a dialoigic model of interaction. These strategies, like interactive groups, report multiple benefits and have a great deal of scientific support, so they are suitable to be developed in any context and educational stage.

 

Palabras clave: Grupos interactivos; Estrategias educativas; Modelo dialógico; Igualdad; Inlcusión; Aprendizaje Cooperativo.

 

Keywords: Interactive Groups; Educational Strategies; Dialogic Model; Equality; Inclusion; Cooperative Learning.

GRUPOS INTERACTIVOS

Delimitación de los grupos

Los Grupos Interactivos son una de las transformaciones más poderosas en la búsqueda de una educación igualitaria e inclusiva. Esta estrategia didáctica supone una forma de organización del aula con excelentes resultados basada en el aprendizaje dialógico e inclusivo. En ellos se establece una manera de trabajar en la que los alumnos interactúan realizando actividades en grupo de corta duración que fomentan su motivación y aprendizaje.

Esta metodología consiste en la agrupación del alumnado en grupos heterogéneos en los que aparece un voluntario de la comunidad educativa o un docente que guía al alumnado y favorece sus interacciones, de forma que todos los alumnos completen las actividades planteadas, fomentando valores como el compañerismo, la cooperación y la solidaridad.

Esta estrategia de éxito surge a partir del proyecto de transformación social y cultural que suponen las Comunidades de Aprendizaje.

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Las Comunidades de Aprendizaje

En el proceso de enseñanza-aprendizaje se intentan fomentar las interacciones del alumno con el personal docente y también con sus iguales. Sin embargo, tal y como indica Flecha (2009), en la actual sociedad de la información las interacciones del alumnado podrían ser más eficaces y ricas si también entrasen en juego otros miembros de la sociedad y la comunidad educativa, tales como familias, voluntarios, asociaciones, etc.

En la búsqueda de un aprendizaje basado en el diálogo, es decir, un aprendizaje dialógico con múltiples interacciones, surgieron las comunidades de aprendizaje en 1978, en la Escuela de Personas Adultas de La Verneda-Sant Martí, en un barrio obrero de Barcelona (Ferrada y Flecha, 2008). A consecuencia de la mejora del aprendizaje en dicha experiencia, el Centro de Investigación en Teorías y Prácticas Superadoras de Desigualdades (CREA) de la Universidad de Barcelona creó el modelo educativo de comunidad de aprendizaje.

 

En las comunidades de aprendizaje, como apuntan Gómez, Mello, Santa Cruz y Sordé (2010), se plantean sueños y metas que son desarrollados mediante las comisiones mixtas de trabajo. Estas comisiones se crean en función de esas metas o necesidades, están basadas en un diálogo horizontal e igualitario y en ellas puede participar cualquier miembro de la comunidad educativa.

El modelo de comunidades de aprendizaje está basado en la puesta en práctica de los siguientes principios básicos que mencionan Ferrada y Flecha (2008):

  • Diálogo igualitario
  • Inteligencia cultural
  • Transformación
  • Dimensión instrumental
  • Creación de sentido
  • Solidaridad
  • Emocionalidad

Estrategias de éxito

Parece ser que el nivel socioeconómico y el origen étnico del alumnado no son determinantes en los resultados académicos cuando en el centro educativo se emplean estrategias de éxito, tal y como sostienen Bulson y Flecha (2016). Para apoyar estas afirmaciones, los autores mencionan el proyecto de investigación INCLUD-ED (2006-2011) de la Comisión Europea, que fue desarrollado por investigadores de 14 países europeos durante cinco años, cuyo fin era identificar unas actuaciones que consiguiesen el éxito académico y la cohesión social para todo el alumnado de cualquier comunidad, independientemente de su origen étnico y nivel socioeconómico. En los resultados, distinguen entre las actuaciones que obtienen buenos resultados (buenas prácticas) y las que obtienen resultados excelentes en contextos totalmente distintos (actuaciones de éxito).

Así pues, el programa INCLUD-ED identifica algunas actuaciones de éxito que funcionan y están basadas en los principios del aprendizaje dialógico, siendo avaladas por la comunidad científica e integrando los dos factores clave que son las interacciones y la participación de la comunidad.

Algunas estrategias de éxito recogidas son:

  • Grupos interactivos
  • Tertulias dialógicas
  • Biblioteca tutorizada
  • Formación de Familiares
  • Participación educativa de la comunidad
  • Modelo dialógico de prevención y resolución de conflictos
  • Formación pedagógica dialógica  

Grupos Interactivos

Los grupos interactivos responden a un modelo didáctico en el que se activa la participación de múltiples colaboradores dentro del aula, multiplicando las formas de enseñar, así como las formas de aprender (Ferrada y Flecha, 2008). Esta metodología incorpora en su práctica a agentes de la sociedad que se denominan “colaboradores de aprendizaje”, los cuales de forma voluntaria participan en el proceso de enseñanza-aprendizaje del alumnado, fomentando un aprendizaje heterogéneo.

Para ello, las comunidades de aprendizaje realizan campañas activas de captación de voluntarios que pueden enriquecerse de la experiencia de dar y recibir en este entorno de enseñanza-aprendizaje. Así pues, actúan como colaboradores de aprendizaje familiares de estudiantes, miembros de asociaciones, personas del barrio, o simplemente personas con una inquietud transformacional y altruista.

El profesor deja de ser el único informador para pasar a formar parte de un equipo interdisciplinar, siendo coordinador de los colaboradores de aprendizaje.

En esta metodología cambian también la organización del aula: los estudiantes pasan a organizarse en pequeñas agrupaciones, cuyo número dependerá de los alumnos participantes y de los colaboradores que acompañen. En cada grupo se plantea una actividad distinta, siendo el coordinador de cada actividad uno de los agentes colaboradores.

La sesión consiste en el aprendizaje de contenidos de la unidad didáctica, o el tema a trabajar, abordado en diferentes actividades de corta duración que fomentan la motivación y la atención del alumnado. En cada grupo permanecen 10-20 minutos (dependiendo del tiempo de la sesión y del número de grupos interactivos); al agotarse ese tiempo, los estudiantes rotan a otro espacio de la clase en el que se plantea otra actividad.

La evaluación es realizada en el marco del modelo dialógico; se evalúan todos los grupos interactivos, teniendo en cuenta las opiniones y diálogos de todos los participantes; de este modo, al finalizar la sesión se deja un tiempo para la evaluación. El profesor que toma el papel de coordinador-guía de los grupos interactivos pregunta al resto de adultos cómo se han desarrollado los grupos interactivos, con lo que se consigue que cada adulto evalúe la actividad que ha tutorizado. Así, el grupo es valorado en cada actividad y todos sus miembros tienen la misma nota. En esta valoración se realiza un diálogo igualitario en el que los estudiantes aportan su opinión sobre la evaluación que creen merecer y sobre el desarrollo de la actividad, además de la idoneidad o no de la tarea propuesta.

 

Posteriormente, se realiza una valoración individual en la que se dedica un tiempo a destacar el comportamiento y actitud colaborativos de algún miembro del grupo que se crea necesario destacar. Esta valoración individual puede ser tanto positiva como negativa y, como es de suponer, en ella también se tiene en cuenta la opinión del alumnado. Esta inmediatez del proceso de evaluación hace que el alumno adquiera consciencia sobre su propio aprendizaje y su actitud colaborativa.

El papel del docente y de los voluntarios

En los grupos interactivos el alumno es el protagonista de su propio aprendizaje, es por eso que el docente hace de guía y dinamiza la sesión. Las personas adultas que hacen de voluntarias guían una de las actividades y se encargan de que se produzcan interacciones, siendo cada adulto el encargado de una actividad en concreto durante toda la sesión.

En el ejemplo propuesto contamos con dos adultos: el profesor y un voluntario que puede ser un padre, madre, un miembro de una asociación del barrio, un profesor de guardia o cualquier otro miembro de la comunidad educativa. El docente dinamiza la clase y hace, junto con el voluntario, de colaborador de aprendizaje. Por tanto, se realizan dos grupos y cada colaborador guía una de las dos actividades propuestas, siendo los estudiantes los que rotan de actividad, mientras los adultos siempre en la misma actividad y lugar.

Distribución del alumnado

Imaginemos que a esta hipotética sesión acuden a clase 13 personas. Dividimos la clase en dos o tres grupos lo más heterogéneos posible para facilitar los intercambios de conocimiento e interacciones interesantes. En este tipo de estrategias se intenta que puedan interactuar alumnos que, por costumbre o afinidad, no suelen trabajar juntos.

 

La agrupación resultante forma dos equipos: el grupo A, formado por 6 alumnos (dos chicos y cuatro chicas), y el grupo B, compuesto de 7 alumnos (tres chicos y cuatro chicas). La sesión se realizará a lo largo de 55 minutos, estructurando el tiempo del siguiente modo: los primeros 5 minutos se utilizarán para una explicación de la sesión, recordar cómo se va a evaluar, realizar el reparto de grupos y la colocar las mesas en dos zonas del aula.

 

Se coloca un grupo en cada zona y cada equipo comienza una actividad distinta. Cada actividad lleva asociada un colaborador de aprendizaje, un adulto que guíará el trabajo. Realizando esta actividad permanecerán 20 minutos.

Cuando acabe este tiempo los alumnos se intercambiarán de lugar, trasladándose a la zona en la que se realiza la otra actividad con el otro colaborador de aprendizaje. Otros 20 minutos se destinarán a esta actividad.

Los últimos 10 minutos se dedicarán a la evaluación de los grupos interactivos. Para ello, se siguen las pautas que se habían indicado al inicio de la sesión. Puede preguntarse a los dos colaboradores de aprendizaje cómo han funcionado los grupos y posteriormente al alumnado para ver si están de acuerdo y si tienen algo que aportar. Los comentarios se realizan en voz alta y los resultados se muestran en la pizarra.

Evaluación de la sesión de grupos interactivos

El adulto encargado de cada tarea debe mencionar si ha existido disparidad entre ambos grupos tanto en las ganas de trabajar como en los resultados y qué alumnos han de ser felicitados por su actitud colaborativa y por interactuar y participar positivamente con sus compañeros. Esos resultados pueden plasmarse en la pizarra en forma de tabla.

 

Una vez que el profesorado ha valorado el desarrollo de los grupos interactivos, se pregunta al alumnado si está de acuerdo con la evaluación y si tiene algo que aportar, dialogando de forma horizontal acerca del grupo, las actividades propuestas, la dinámica, etc., teniendo en cuenta siempre todas y cada una de las opiniones.

 

Como afirman Collazos y Mendoza (2006), en el aprendizaje colaborativo, los estudiantes trabajan juntos para aprender y ellos son los responsables de su aprendizaje y del de sus compañeros.

Los grupos interactivos, como estrategia de aprendizaje colaborativo, incrementan las relaciones sociales, el trabajo en grupo y la motivación de los estudiantes, además de ser una metodología que suele acogerse muy bien, tanto por parte de los docentes como de los propios alumnos.

Tal vez, una de las limitaciones de esta propuesta es la obtención de voluntarios, pues en muchas ocasiones existe cierta reticencia a que una persona ajena entre al aula. Sin embargo, esto no supone un obstáculo porque, de no contar con ellos, cualquier persona del centro, como un profesor de apoyo, de otro grupo de alumnos u otro tipo de personal del centro, pueden funcionar como colaboradores de aprendizaje.

Podemos concluir afirmando que la inclusión de los grupos interactivos en un centro educativo genera una interdependencia positiva en el alumnado, fomentando las relaciones sociales, el trabajo colaborativo y despertando la motivación e interés por la asignatura y por el aprendizaje en sí, con una mejora considerable en el rendimiento y en el desarrollo social y armónico del alumnado.

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Noelia González Navarro
Noeclia es licenciada en Arquitectura y máster en Formación del Profesorado en la especialidad de Matemáticas, además de graduada en Educación Primaria. Imparte clases de Tecnología en el IES Andrés de Vandelvira (Albacete)