Resumen: Debido a la situación de crisis sanitaria producida por el Covid 19, desde el pasado mes de marzo las clases presenciales se han visto suspendidas. El sistema educativo español en cuestión de días tuvo que readaptarse: una educación no presencial dominada por las TIC como mediadoras entre docentes y alumnos. Con ello, hemos podido ver muchas de las carencias del sistema educativo español como, por ejemplo, la brecha digital, que aumenta sobre todo en los hogares con un nivel socioeconómico bajo y en las zonas rurales. No obstante, buena parte de los docentes, alumnos y familiares han sabido estar a la altura y adaptarse en tiempo récord a la nueva situación.

 

Palabras claves: Presencialidad; TIC; Educación online; COVID-19; Brecha digital.

 

Abstract: Due to the health crisis provoked by COVID-19 since March, all on-site classes have been cancelled. The Spanish education system had to adapt, in a matter of days, to a remote education marked by IT as the media between teachers and pupils. This has evidenced the deficiencies of the Spanish education system, like the digital divide which widens on rural zonas and homes with low socioeconomic status. However, a good portion of teaches, pupils and their families have risen to the challenge and adapt to this new situation in record time.

 

Keywords:  On-site; IT; Online education; COVID-19; Digital divide.

ADAPTACIÓN EDUCATIVA PARA UN CONFINAMIENTO NO PREVISTO

Crisis sanitaria

El 14 de marzo de 2020 se declaró el estado de alarma en España debido a una situación de crisis sanitaria producida por la enfermedad del COVID 19, mediante el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19. Entre las muchas restricciones impuestas, nos encontramos en este Real Decreto con el cierre de todos los centros educativos, quedando así la docencia presencial suspendida. En un periodo de tiempo muy corto docentes y alumnos pasaron de una enseñanza presencial a una no presencial. En concreto, en el Artículo 9 del mencionado Real Decreto, sobre Medidas de contención en el ámbito educativo y de la formación, encontramos:

  1. Se suspende la actividad educativa presencial en todos los centros y etapas, ciclos, grados, cursos y niveles de enseñanza contemplados en el artículo 3 de la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación, incluida la enseñanza universitaria, así como cualesquiera otras actividades educativas o de formación impartidas en otros centros públicos o privados.
  2. Durante el período de suspensión se mantendrán las actividades educativas a través de las modalidades a distancia y online, siempre que resulte posible.

Esta nueva enfermedad, comúnmente conocida como Coronavirus y/o COVID-19, ha sido la culpable de que aproximadamente 10 millones de estudiantes españoles se hayan quedado sin una enseñanza presencial, al menos de forma parcial. Una enfermedad que no sólo ha afectado a nuestro país, sino que ha sido declarada como pandemia.

Según la UNESCO (2020), unos 190 países de todo el mundo han tenido que cerrar sus centros educativos y universidades para detener la propagación de coronavirus, obligando a 1.500 millones de alumnos a permanecer en sus hogares.

La mitad de estos alumnos, lamentablemente, no cuenta con acceso a Internet ni equipos adecuados (Gascón, 2020). En nuestro caso, en España nos encontramos con aproximadamente unos 100.000 hogares con niños que no pueden conectarse a Internet o bien acceden en condiciones desiguales a muchos otros (Unicef, 2020).

Todo esto ha conducido a una readaptación del sistema educativo español en tiempo récord, predominando el trabajo a distancia y siendo las TIC las mediadoras entre docentes y alumnos.

Denominaciones para la situación educativa en tiempos de confinamiento

No han sido pocos los términos con los que nos hemos encontrado para definir la que fue una nueva realidad educativa a lo largo de los meses de confinamiento, e incluso después. Si bien es cierto que entre ellos existen temas definitorios muy similares, muchos de los sistemas educativos que envuelven dichos términos son en cierto modo recientes y han causado entre los estudiosos o los interesados en el tema importantes divergencias definitorias, encontrándonos una amplia de términos para definir la nueva situación educativa: educación desde el hogar; aprendizaje a distancia; docencia virtual; e-learning; enseñanza remota de emergencia; etc. Todos ellos coinciden en que alumnos y profesores no comparten espacio físico (aula) y en muchos de ellos se usa un elemento tecnológico (ordenador, tabletas, móviles, etc.) como mediador entre alumno y profesor.

En esta nueva situación educativa se ha optado por el uso de las TIC como mediadoras, teniendo como argumento el hecho de que buena parte del alumnado es bien conocedor de estas tecnologías.

Nuestras aulas, hace unos años, se llenaron de pizarras digitales y ordenadores. […]. No obstante, en el fondo, la tecnologización de la enseñanza consistió en un cambio de medios, no de métodos, ya que los fundamentos de nuestro sistema de educación presencial seguían siendo los mismos (Diez de la Cortina, 2020).

El desajuste terminológico con el que nos encontramos a la hora de definir esta nueva situación pasa, incluso, por afirmar que no existe la educación online, sino la enseñanza a distancia, debido a que nos encontramos ante un cambio temporal en la forma de enseñar para intentar proporcionar una educación que de otro modo se impartiría cara a cara o en forma de cursos mixtos o híbridos y que volverán a esa forma una vez que la crisis o a la emergencia haya disminuido (COTEC, 2020).

Algunos apuntan a que parece que todo se trata de una enseñanza remota de emergencia, que es diferente a las experiencias educativas completamente diseñadas y planificadas para ser en línea. Así pues, este enfoque responde a un cambio súbito de modelos instructivos a otros alternativos como consecuencia de una situación de crisis. El objetivo principal en estas circunstancias no es recrear un ecosistema educativo robusto, sino más bien proporcionar acceso temporal a la enseñanza y a los apoyos instructivos de una manera rápida y fácil de configurar. Entendiendo la enseñanza remota de emergencia de esta manera, podemos empezar a disociarlo del aprendizaje en línea (Santiago, 2020).

No obstante, somos conscientes de que estamos ante una situación nueva e inesperada y que los estudios que han ido apareciendo son pocos y demasiado recientes.

Adaptación educativa para un confinamiento no previsto #CEdRevistaDigitalDocente Share on X

Beneficios y problemas de la adaptación educativa

Tras un simple y breve repaso por lo que ha venido siendo un nuevo (y con el deseo de que sea temporal) sistema educativo, nos hemos encontrado con algunos desequilibrios, al menos, en la educación española, véase: las carencias tecnológicas, la falta de capacidades y habilidades tecnológicas, las brechas de todo tipo o la conciliación personal, familiar y laboral. Aún así, siempre se debe intentar extraer los aspectos positivos, por lo que podemos citar algunos de los beneficios de esta educación no presencial, como la facilidad y comodidad que aporta el aprendizaje asíncrono o el seguimiento educativo que puede realizarse gracias a las herramientas virtuales de comunicación.

Otros beneficios que podemos añadir son (Diez de la Cortina, 2020):

  • Oportunidad para acercarnos más a nuestros estudiantes siempre que se adapte la didáctica.
  • Acceso a contenidos y comunicaciones diversas.
  • Facilitar el aprendizaje cooperativo y el intercambio, además de una individualización de la enseñanza-aprendizaje.
  • La tecnología permite correcciones y retroalimentaciones
  • Los medios tecnológicos empleados, como ordenadores y tabletas, poseen un gran abanico de herramientas de trabajo.

De forma contrapuesta, y como venimos argumentando, existen grandes problemas que estos meses se han hecho patentes. Existen hogares en los que el retraso educativo se ha acrecentado, bien por falta de medios tecnológicos con los que poder seguir el proceso educativo, bien por la poca supervisión de los familiares que no han tenido los medios necesarios para conciliar la vida laboral y la familiar. En este sentido, la vulnerabilidad va a ser siempre mayor en situaciones de este tipo, por lo que no se cumple con uno de los principios básicos del sistema educativo español: la igualdad.

A continuación, anotamos algunos de los problemas comunes que se han vislumbrado en las comunidades y ciudades autónomas adaptadas al sistema educativo español en tiempos de COVID-19.

  • Falta de recursos tecnológicos en hogares de alumnos y docentes. En muchos de ellos se dispone solo de un medio tecnológico para ser usado por varios miembros de la familia.
  • No todos los alumnos tienen en sus casas conexión a Internet o bien la conexión no es la adecuada para tanta carga de trabajo.
  • Adaptación de los contenidos por los docentes en muy poco tiempo. Gran parte del material educativo está pensado para ser trabajado en el aula de manera presencial.
  • Docentes y alumnos no poseen todas las habilidades y capacidades necesarias para desenvolverse con fluidez y de manera adecuada con las TIC.
  • Falta de socialización en las edades educativas más tempranas. Los más pequeños necesitan para aprender de la presencia física de su profesor.
  • El trimestre atípico se ha resumido en un refuerzo de la materia impartida en los dos trimestres pasados, por lo que habrá que enseñar aquellos contenidos no trabajados en el nuevo curso escolar 2020-2021 en un periodo de tiempo corto, además de enseñar los correspondientes del nuevo curso.
  • Estrés y ansiedad sobre todo en los docentes y padres ante la adaptación repentina al nuevo sistema educativo además de los estragos provocados por la enfermedad.

La brecha digital

Podemos decir que de todos los problemas mencionados hasta ahora, han sido tres los que más han destacado y nos han hecho ver las tres grandes carencias en la educación española (COTEC, 2020):

  • La brecha de acceso consiste en tener o no tener los medios tecnológicos y la conexión a Internet. Aquellos hogares con niveles socioeconómicos bajos ofrecerán unas cifras muy diferentes a las de aquellos hogares cuyos niveles socioeconómicos son altos.
  • La brecha de uso está relacionada con el uso y la calidad. Las cifras son muy similares entre los alumnos españoles y los de otros países europeos. Por otro lado, apenas existen diferencias entre las comunidades y las ciudades autónomas españolas. Sin embargo, sí varían las cifras de uso de las TIC si comparamos los distintos hogares españoles con sus respectivos niveles socioeconómicos.
  • La brecha escolar hace alusión a las habilidades de los docentes, el acceso o disponibilidad de recursos y la adecuación de las plataformas online de apoyo a la enseñanza. Aproximadamente un 50% de los docentes poseen las capacidades y recursos necesarios para emplear adecuadamente las TIC en la enseñanza, porcentaje que coincide con el de alumnos que cuentan con una plataforma en línea para la enseñanza.

Todas ellas en conjunto hacen referencia a lo que comúnmente conocemos por brecha digital, que es básicamente la falta de medios y acceso a las TIC, además de una carencia de conocimientos sobre los mismos.

Una evaluación atípica

En Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato se ha optado por una evaluación final en la que se ha tenido en cuenta los dos primeros trimestres del curso escolar 2019-2020 valorado positivamente a aquellos alumnos que han trabajado durante el confinamiento.

La evaluación también ha sido un mar de dudas entre los docentes, que no han tenido tiempo suficiente para amoldar su didáctica para responder a las complejas demandas de esta situación.

En la Orden EFP/365/2020, de 22 de abril, por la que se establecen el marco y las directrices de actuación para el tercer trimestre del curso 2019-2020 y el inicio del curso 2020-2021, ante la situación de crisis ocasionada por el COVID-19, su Artículo 5 del Anexo II recoge los aspectos de la evaluación, promoción y titulación contemplados para estos meses.

Como vemos, tanto por lo vivido como por lo que aquí hemos descrito, ha sido necesaria la improvisación para satisfacer las necesidades formativas de los alumnos matriculados en los diferentes centros educativos.  Y aunque el término improvisación es imposible olvidarlo y/o descartarlo, también es necesario reconocer que la mayoría de los centros, profesores y alumnos han sabido abordar la situación de una forma absolutamente digna mediante el esfuerzo, el trabajo y la comprensión, tanto por parte del profesorado como del alumnado y sus familiares más cercanos.

No obstante, debemos poner de manifiesto las deficiencias que se han observado durante estos meses. Con ello, debemos intentar que estas carencias no se vuelvan a dar, teniendo en cuenta lo siguiente:

  • Incorporar en toda nuestra sociedad las nuevas tecnologías de la información y dotándola de todos los medios adecuados. Es por ello que se debiera extender la fibra óptica en todos los municipios de España, así como tener la posibilidad de disponer del material adecuado; evitamos así los problemas que ya hemos comentado (por ejemplo, los diferentes tipos de brechas) y que aumentan en los más vulnerables.
  • Tratar que la población se forme en otras nuevas tecnologías, siendo fundamentalmente la formación de aquellos docentes, que presenten ciertas dificultades en el uso y aplicación de las citadas tecnologías.
  • También, es conveniente legislar sobre la formación en línea por lo que supone de intromisión en las zonas privadas e íntimas tanto del alumno y su familia como del profesorado. Además, en el caso del profesorado habría que evaluar lo que supone en los derechos de imagen.
  • Adecuar y diseñar métodos que permitan la evaluación en línea, de forma que se garantice todos los requisitos exigibles a cualquier tipo de prueba pública.
  • Y, por último, sí conviene resaltar que todo el proceso en línea que se ha llevado a cabo en el sistema educativo, durante estos meses, ha puesto de manifiesto la importancia de la enseñanza presencial, por lo que ello supone de socialización y formación de nuestros alumnos, particularmente en las etapas de Infantil, Primaria e incluso una parte de Secundaria.

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Rocío de la Victoria Muñoz Tovar
Rocío es graduada en Filología Hispánica y máster de Mención en Estudios Hispánicos Superiores, además de máster en Formación del Profesorado (Melilla)